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Redacción Central

La rosa del desierto de África florecerá en El Alto

La novedad para septiembre de este año, en cuanto a plantas ornamentales, será el brote de la rosa del desierto que el conocido floricultor de la ciudad de El Alto, Simón Quipe, alista para su exposición; un hecho ponderable considerando que se trata de una planta de África y Arabia, que germinará a 4.100 metros sobre el nivel del mar gracias a la experiencia del alteño que se dedica a la horticultura prácticamente toda su vida.

“Es una novedosa planta que lo tengo, sacaremos para septiembre la rosa del desierto. Se parecer al bonsai (un árbol en miniatura), sus flores son como rosas, son para escritorio no ocupa espacio, pero su floración es contínua, se debe cuidar con riego y mantenerlo en ambiente adecuado; a eso me estoy dedicando, porque la población merece plantas de diferentes especies, novedades y plantas que se puedan adaptar al clima de la ciudad de El Alto”, contó a El Alteño en una entrevista exclusiva.

Quispe se inició en el cultivo y cuidado de flores, como plantas ornamentales, muy joven a los 21 años de edad. Según dijo, lleva 40 años en la materia y desde el 2000 vive en la ciudad de El Alto, donde sentó raíces y formó una familia. Cuenta actualmente con uno de los viveros más completos en el Distrito 4 (D-4), y junto a su familia hizo que crezca con una variedad de especies de plantas florales, medicinales e incluso frutales.

El origen de uno de los floricultores más conocidos de la urbe, data desde los 11 años cuando en su población de la provincia Camacho ya soñaba con contar con sus propios cultivos de papa, haba, entre otros productos. Pero también recordó que le gustaba mucho la idea de contar con sus propias plantas medicinales con las que, dijo, su madre llegó incluso a curar algunas dolencias cuando enfermaban. Reconoció que la motivación y el amor por las flores y árboles, nació de él mismo.   

“Desde pequeño y en el altiplano aparte quería tener mis producciones de papa, en el lugar no había plantas y yo traía de otros lugares; nació de mí mismo, de esa manera he empezado a producir, me gustaba también tener plantas medicinales; cuando enfermábamos, mi madre nos curaba con claveles para el aire, con algunos cactus curábamos la tos, eso me animaba a contar con esas plantitas”, confesó.

MEDIO AMBIENTE

Quispe es miembro de la Asociación de Productores en Plantas Ornamentales Los Claveles y a la vez es el presidente de la Comisión de Proyectos de Mejoramiento de Especies. “Este emprendimiento es digno para mí y para mi familia, gracias a esta actividad me hice conocer con la población (…) empecé a los 21 años y la flor que más me atraía entonces era el pensamiento de diferentes colores y con diferentes aromas; en esa época, el pensamiento era el que más demanda tenía, eso era lo que más producíamos, más plantas para jardines”, contó quien también ahora es un experto en el cultivo de rosas.

Si bien el alteño vio un emprendimiento y un buen negocio en las plantas, también es consciente de la importancia de proteger el medio ambiente y más ahora que se vive un amenazante cambio climático, que puede llegar a poner en riesgo, dijo, la vida de la humanidad, mucho más que la pandemia por el coronavirus.

“Mi recomendación a la juventud al pueblo en general, pensemos en el medio ambiente, poco es esta enfermedad del covid-19; sino cuidamos a nuestro medio ambiente será fácil morirnos. Para cuidar el medio ambiente, plantemos arbolitos o plantemos en nuestros hogares diferentes especies de plantitas para vivir bien”, indicó. 

“Antes la ciudad de El Alto era un pajonal, había pasto y eso no repercutía en el calentamiento; ahora todo es asfalto, lleno de calaminas y eso influye, hay deshielos y en eso las autoridades no han pensado, no se repuso con arbolitos. El Alto debería estar reforestado, los ríos, en las áreas donde no se puede cultivar se debería implementar varias plantitas, como no hay nada, graniza tremendamente, hay fuertes heladas y es por el descuido al medio ambiente”, reclamó.

PLANTAS DEL ALTIPLANO

Contrariamente el crecimiento de la mancha urbana y poblacional empezaron a contribuir a que diferentes especias puedan producirse en la altura, en un municipio donde la paja brava, cactus, queñuas predominaban, así como el frío y las bajas temperaturas de hasta 5 grados bajo cero. Hoy se pueden ver en algunas calles de El Alto árboles frutales como el de la manzana, durazno, olmos, acacias, entre otras especies que se fueron adaptando.  

EL PROCESO

“Antiguamente habían las quiswaras, las queñuas, como plantas nativas, pero ahora se han adaptado, por ejemplo, los árboles olmos, los sauces llorones y otras variedades de arbolitos que se adaptan en El Alto”, acotó Simón Quispe a tiempo de destacar que este trabajo viene desde 1984, cuando la gente no creía que pudiera dar manzana en la urbe alteña a base de mucho esfuerzo, organización y concientización a la población para el cuidado de los nuevos habitantes de urbe alteña.

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