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Redacción central

Niños con mucha tarea y aburridos por el encierro

Pasaron seis meses de la gestión 2020, y poco más de tres meses desde que inició la cuarentena por el coronavirus, lo que provocó que miles de niños se mantengan encerrados en casa, con la única obligación de cumplir con sus tareas y casi prohibidos de salir a la calle menos a los parques.

En este tiempo casi nadie habla de las necesidades de los más pequeños del hogar, ellos no pueden acudir a los parques porque las autoridades se limitan a discutir cómo pueden continuar con sus estudios para garantizar la gestión escolar.

Se habla de educación virtual, semipresencial, mientras ellos continúan encerrados, para ellos se ha convertido en un privilegio acompañar a sus padres de familia a realizar alguna diligencia en la calle.

Poco a poco la desesperación y la tristeza van creciendo, los niños no ven la hora de volver a ver a sus amigos, ahora más que nunca “quieren ir a clases”. “Maldito coronavirus”, “si no muero de coronavirus, moriré de aburrimiento”, “que se vaya el coronavirus de una vez”, protestan los adolescentes y los más pequeños se limitan en preguntar. “Mami o papi, ¿cuándo se irá el coronavirus?” o “¿hasta cuándo se quedará el coronavirus?” preguntas que el mundo entero se hace y que quisiera tener respuesta. Los más pequeños del hogar anhelan retornar a un día “normal”, libre de la enfermedad.

TAREAS Y MÁS TAREAS

En el caso de aquellos que continúan con las clases virtuales, su tiempo se limita a las tareas, pues hace unos pocos días, las autoridades de Educación emitió una norma sobre este tipo de enseñanza.

La norma de educación, que es cuestionada por su difícil acceso, sea debidamente aplicada, pasarán días, semanas e incluso meses, porque millares de niños no tienen acceso a las nuevas tecnologías de la comunicación.

Entre tanto, los padres de familia deben darse modos para garantizar el servicio de red internet y así continuar recibiendo las tareas enviadas por los maestros y en algunos casos algún material didáctico, sin embargo, no es suficiente para los niños que se desesperan por ver en persona a sus maestros.

“Mi hija siempre me dice que extraña la escuela, pese a que hay mucha tarea, el más pequeño me da ánimos y me dice que hace mucho que no estamos en familia. Ambos extrañan la escuela, a sus profesores, a sus amiguitos y sus otras actividades, incluso mi hija lloraba al recordar sus clases de ballet, le dolió mucho no volver”, cuenta Maribel, madre de dos hijos pequeños que no pasan de los 10 años.

CON LA FAMILIA

El acceso a recursos económicos también ha sido trascendental para sobrellevar la cuarentena, ya que para algunos el encierro ha significado una oportunidad de compartir en familia, conocerse y realizar actividades conjuntas, algo que lamentablemente no sucede en familias de escasos recursos, debido a la desesperación de los padres por poder garantizar el servicio de internet, pues lo primero que ven es “hallar dinero con que comer”.

“Fuera del ámbito económico, fue muy importante este espacio para compartir en familia, para conocernos y tomarnos mucho tiempo juntos, algo que no era habitual, cuando no había la enfermedad, prácticamente vivíamos con el tiempo cronometrado”, continúa Maribel.

Cuenta que incluso no pudo compartir tiempo de pareja tras casarse, que en la cuarentena pudo hacerlo, “recién ahora estamos compartiendo con su papá, incluso mi hijito, el más pequeño ahora me dice que durante el día hago muchas cosas, algo que no se daba cuenta, porque compartimos poco”.

RECOMENDACIONES

Entre los consejos, está el conocer y validar sus conductas, pensamientos y emociones como signo de que necesitan de consuelo y seguridad, a través de la contención emocional. Generar espacios que permitan la expresión emocional mediante el diálogo, dibujos, escritura, juego, entre otros, de acuerdo con su nivel de desarrollo.

Hablar con naturalidad del coronavirus, para saber que los padres, si bien están preocupados, no han perdido el control e informarles de acuerdo con su nivel de desarrollo y edad evitando exponerlos a noticias o imágenes alarmantes y que puedan aumentar su angustia.

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