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Redacción central

Trabajadoras sexuales exigen volver a su actividad

En medio de la cuarentena son cada vez más los sectores sociales que se vuelcan a las calles a exigir al Gobierno la flexibilización de las medidas y que les permitan trabajar por los efectos económicos que están afectando a muchas familias.

El miércoles, el turno fue de las trabajadoras sexuales que se concentraron en puertas del Ministerio de Salud para exigir que las dejen trabajar.

Con los rostros cubiertos con barbijos, gafas de sol y pañuelos para cuidar su identidad, más de un centenar de meretrices tomaron las calles al grito de “queremos trabajar... queremos trabajar.”

La representante del sector Lily Cortés recordó que, el 15 de mayo, solicitaron una reunión con las autoridades de esa cartera de Estado y presentaron una propuesta para implementar un protocolo de bioseguridad.

“Queremos trabajar y que se respete nuestro derecho al trabajo, todos tienen derecho al trabajo sin discriminación, menos nosotras”, afirmó la representante.

AFECTADAS

Según Cortés, el sector aglutina a 70.000 afiliadas y afiliados y que su trabajo fue suspendido a mediados de marzo, cuando el Gobierno prohibió las reuniones masivas, además determinó el cierre de los centros nocturnos para evitar la propagación del coronavirus.

“Casi el 90 por ciento de las 70.000 trabajadoras sexuales en Bolivia, unas 62.000, son madres solteras, divorciadas y abandonadas y si bien algunas de ellas recibieron ayuda de la Alcaldía y del Gobierno a través de los bonos y canastas familiares, muchas necesitan trabajar”, dijo.

El 15 de mayo presentaron una propuesta de protocolo para la implementación de bioseguridad y procedimientos de higiene para el ejercicio del trabajo sexual.

En esa ocasión solicitaron una reunión urgente con las autoridades del Ministerio de Salud para conformar comisiones y trabajar en su petición para reanudar sus actividades.

Ese mismo mes, las trabajadoras sexuales hicieron público su propio protocolo de bioseguridad que incluye la instalación de cámaras de desinfección y limitar a cinco trabajadoras sexuales por local, entre algunas propuestas que dio a conocer la Organización de Trabajadoras Nocturnas de Bolivia (OTNB).

“Hablamos de instalar cámaras de desinfección y tener un máximo de cinco trabajadoras sexuales en un ambiente, club privado o lenocinio, pero todo esto lo hablaremos con las autoridades y presentaremos una propuesta el 11 de mayo”, explicó.

Según los datos de la OTNB, en Bolivia hay al menos 70.000 trabajadoras sexuales, de las que 7.000 están en El Alto y 17.000 están en la ciudad de La Paz. “Nosotras vivimos al día, sino trabajamos no comemos y si les ‘han pescado’ (descubrieron a algunas trabajadoras sexuales) trabajando en alojamientos (de El Alto) fue por necesidad”, insistió Cortez.

Citó que en su sector hay también jóvenes transgéneros e incluso varones trabajadores sexuales que deben pagar alquileres y mantener a sus familias.

DATOS

De acuerdo con Lily Cortez, casi el 90% de las 70.000 trabajadoras sexuales en Bolivia, unas 62.0000, son madres solteras, divorciadas y abandonadas.

Admitió que, por las características de este oficio, los lenocinios no pueden funcionar en su totalidad, porque reúnen gente, algo que está prohibido por la cuarentena y porque además se activan por la noche, “pero veremos cómo haremos para hacerlas trabajar a las compañeras”.

Por la cuarentena obligada contra el coronavirus, los locales nocturnos donde este sector presta sus servicios, sus actividades fueron paralizadas, aunque según algunos reportes, en la zona 12 de Octubre, algunos de estos ambientes aún estarían atendiendo pese a las restricciones. Al lugar llegarían parroquianos a bordo de bicicletas.

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