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Redacción central

Artesano alteño es el maestro de las chamarras

Con tan solo 20 años de edad, el alteño Óscar Condori incursionó en la confección y costura de ropa. Actualmente es un experto en la elaboración de chalecos y chamarras para invierno, principalmente, y toda prenda en general.

Su paso por Ametex, la mayor exportadora de textiles del país hasta 2008 cuando cerró por la falta de mercados, forjó su camino en el rubro y actualmente se mantiene vigente pese a las adversidades que vive este sector microempresarial de El Alto, con la pandemia del coronavirus aún vigente, la comercialización de ropa usada y la que se interna al país desde China acaparando hace años el mercado textil.

“A veces dice la gente: ‘lo nacional no sirve’, no todos somos iguales. Yo por ejemplo hago al cien por ciento de calidad mi trabajo, porque yo he trabajado en Ametex que importaba (ropa) a Estados Unidos; sé cuál es la auditoría que hay que hacer a una prenda, el acabado, todo. No todos somos iguales, hay talleres que hacen una ‘chanfaina’ su trabajo y por eso a todos nos ven mal”, nos dice sin pelos en la lengua en su taller asentado en una barrio del Distrito 8 (D-8) del municipio alteño, donde vive hace 20 años, además de haber formado familia.

Luego de que Ametex cerró, por falta de mercados, en particular el de EE UU, perdido por la suspensión de Bolivia del programa arancelario andino ATPDEA, el alteño emprendió solo su microempresa textil. “Tenía un pequeño finiquito y con eso me he comprado máquinas y desde ahí emprendí mi taller propio en El Alto (…) primeramente hago mi taller solo, con una máquina”, dice.

“Para sobrevivir está bien, se gana nomás a veces, pero siempre tenemos la competencia desleal que es la ropa usada, ropa china, que tienen un acabado perfecto pero una calidad mala y la gente se va por lo económico o por lo bonito, no sé”, cuestiona.

Condori genera empleo, pues cuenta con cuatro obreros y otros dos a domicilio. Asegura que en estas fechas hay más trabajo y luego cae la demanda de prendas para primavera. Sin embargo, mantenerse en el rubro en estos tiempos ha sido su mayor reto y admite que ahora su trabajo le ha permitido “sobrevivir” junto a su familia, porque con la enfermedad hubo un tiempo en el que tuvo que parar por la cuarentena rígida instalada a principios de la pandemia en el país y la constante “desleal comercialización” de ropa usada y china.

“La única forma de superar esta situación es haciendo contratos, ya me conocen algunos caseros, hago prenda para instituciones, sindicatos, pequeños pedidos o me llaman, hacemos el contrato o me llaman después de un año, medio año o me recomiendan a sus amigos, así es como he empezado a trabajar después de la ‘competencia desleal’ que hay, para seguir sobreviviendo en realidad”, afirma.

MERCADO

Don Óscar cuenta con un puesto de venta en el sector de la riel de la zona 16 de julio, cerca del Multifuncional Heriberto Gutiérrez de la Ceja de El Alto, donde comercia sus prendas sobre todo en días de feria los jueves y domingo. A veces participa en las ferias itinerantes que se realizan por distritos y también cumple con pedidos al número de celular 71575060.

“Yo tengo las esperanzas de que cambie la situación, este año un poco ha cambiado, hay un poco más de movimiento, pero no es siempre como la expectativa que uno tiene; siempre con los altibajos, lo malo que tiene el rubro, es el cáncer de la ropa usada”, insiste.

La demanda de los microempresarios de El Alto a las autoridades del sector, es la misma y a una sola voz: más mercados, el cierre de fronteras para evitar el ingreso de ropa usada o el mayor arancel y así sacar adelante al rubro que tiene mucho que dar, pese a que ahora se suma a la crisis el incremento del material para elaborar las prendas.

PERFIL

- El microempresario alteño Óscar Condori, forma parte de la Federación Regional de la Micro y Pequeña empresa (Fermipe) El Alto.

- Cuenta con un puesto de venta en el sector de la riel de la zona 16 de julio, cerca del Multifuncional Heriberto Gutiérrez de la Ceja.

- Su taller se ubica en el D-8 de la urbe alteña, donde ya radica hace aproximadamente 20 años, junto a su familia.

ANÉCDOTA

Don Óscar Condori cuenta que en 2020 (a inicios de la pandemia) sacó un préstamo del banco, con la ilusión de reforzar su microempresa, sin embargo, por la enfermedad tuvo que parar y el dinero fue empleado para su subsistencia.

“Me lo comí, fue para los gastos nomás, ahora se ha reprogramado el pago y hay que cancelar. Ahora los ingresos son para eso y para nuestros gastos en el hogar”, cuenta.

De tal forma que el pedido del alteño es que los mercados, que se apropiaron con la ropa china y usada, sean recuperados para el sector con políticas que los impulse la reactivación.

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