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Barrios alteños se llenan de crespones negros

Así como el coronavirus se va propagando en El Alto a pasos acelerados, la muerte, el dolor y el luto también se va apoderando de las familias alteñas a tal grado que las calles de los barrios alteños se van llenando de crespones negros por la pérdida de los seres queridos.

Desde que el 22 de marzo día en que inició la emergencia sanitaria por la pandemia del coronavirus la Alcaldía reporte cerca de 3.000 infectados y 50 fallecidos.

Pero la cifra podría fácilmente incrementarse, más aún, cuando en los barrios alteños comenzaron a proliferar los crespones negros, señal de muerte de una persona querida y rumor de haber sido victimado por el coronavirus.

En zonas como Villa Exaltación, Tejada Triangular, Santiago I, Ciudad Satélite, Alpacoma, Villa Dolores, 12 de Octubre, entre otras, en varias calles las casas comenzaron a aparecer pegados de crespones negros, además de velorios clandestinos quienes aparentemente fallecieron por el coronavirus, y a las que no se les hizo las pruebas para confirmar o descartar el maldito virus.

En medio del temor, las familias realizan velorios discretos, sólo los crespones negros son la señal de la muerte de un vecino. Los centros de abasto son los únicos lugares donde la gente intercambia información y se enteran de los fallecimientos de los parientes.

LOS VECINOS

“El carnicero ha fallecido”, “también doña Carmen que vendía ropa usada”, “la señora del anaquel ha desaparecido. Dicen que ya murió”, “el esposo de la señora que vendía cosméticos también ha finado”, son algunas de las voces que comentan las amas de casa en los mercados de esta urbe.

A la par, las funerarias han comenzado a decir que no abastece de encargarse de los velorios y sepelios, claro siempre y cuando las familias de la persona fallecida cuenten con el certificado de defunción, forense y prueba de Covid-19.

En una de las funerarias explicaron que actualmente el cementerio de Mercedario colapsó pero es el único que recibe fallecidos y se estima que por día atienden 30 inhumaciones. Además, el trámite para lograr el certificado de defunción se ha vuelto burocrático y un trámite difícil de realizar.

Lamentablemente en El Alto, muchas personas, mueren sin tener la prueba de detección de la Covid-19, por falta de esos dispositivos o porque simplemente el personal del IDIF y del SEDES no acompañan el levantamiento de cadáveres que hace la FELCC de El Alto.

CONTAMINACIÓN

El director de la FELCC de El Alto, Wálter Sosa, informó que al día, esa unidad policial realiza el levantamiento legal de al menos siete cadáveres, casi todos con signos de haber padecido coronavirus.

Lamentó que para esta labor no cuenten con la presencia de personal del Servicio Departamental de Salud (SEDES) de La Paz y del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF), situación que complica la situación de las familias dolientes, debido a que no pueden llevar adelante el respectivo entierro o cremación del difunto.

Explicó que en un levantamiento de cadáver la FELCC debe certificar que el cuerpo no tenga ninguna lesión o signos de agresión y violencia. Luego el personal del SEDES debe emitir la prueba de coronavirus y los funcionarios del IDIF extender el certificado de defunción para que el cuerpo sea enterrado o cremado.

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