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Redacción central

Fallecidos en la clandestinidad están sin derecho a sepelio

“Es un secreto a voces” que los infectados por el coronavirus comienzan a morir clandestinamente en las calles y en sus casas. Lo peor es que muchos de ellos están sin la posibilidad de acceder a un entierro digno a falta de un certificado defunción y espacio en los cementerios.

“Ya no hay espacio ni para los muertos”, es como afirman las enfermeras de los nosocomios al describir la situación de los diferentes centros hospitalarios que también están saturados de pacientes.

Se ha dado el caso incluso de un paciente que perdió la vida en la puerta del hospital de La Paz, un chofer fallecido en su movilidad, con los síntomas de coronavirus, y día que pasa, los medios de comunicación y las redes sociales van reportando más muertes acompañados de fotografías.

Autoridades de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), informaron que el fin de semana realizaron el levantamiento legal de 90 cadáveres entre las ciudades de La Paz y El Alto. “Prácticamente el personal de la Felcc está realizando un levantamiento de cadáver por hora y hay algún momento en que se presentan dos o tres”, informó director de la FELCC, coronel Iván Rojas.

Extraoficialmente se conoce que en El Alto el personal de la Policía ya no realiza levantamiento de cuerpos, ya que la única morque que existen en La Paz se encuentra colapsada, además que el tratamiento con el cuerpo sin vida implica riesgo de contagio.

FALLECIDOS EN CASA

El drama de los dolientes ha llegado a medios internacionales, siendo el más llamativo, la protesta ciudadana de Cochabamba, donde se exhibió un ataúd sobre una carretilla para expresar la desesperación de miles de ciudadanos que deben esperar por días para enterrar o cremar a las víctimas del coronavirus.

Hecho similar se suscitó en la zona Villa Dolores, de El Alto donde una familia, tuvo que convivir con una persona fallecida por cuatro días, ya que ni las autoridades del Servicio Departamental de Salud (Sedes), ni de la FELCC, acudieron al llamado.

De la misma forma, hace unos días, un cadáver estuvo por horas y horas, en la avenida Cívica, a vista de los vecinos y ajenos al lugar, quienes solo pasaban, en lugar de auxiliarlo o pedir ayuda.

En el Distrito 12 se presentó otro hecho similar donde un adolescente fallecido por Covid-19 estuvo días en su casa, informó el director de la FELCC coronel Walter Sosa.

FUNERARIAS

La preocupación se agrava porque ahora las funerarias no abastecen y El Alto, no se cuenta con un horno crematorio, por lo que los vecinos están procediendo al entierro clandestino de los cuerpos llevando a las víctimas a las provincias.

En un reportaje anterior, El Alteño conoció del testimonio de una familia con síntomas de coronavirus, donde falleció, primero uno de los hermanos, dándole la santa sepultura como corresponde, pero ante la muerte de otro de los hermanos, debido a las carencias de la urbe alteña para el tratamiento de cuerpos con el virus, se optó por el entierro clandestino.

En medio de las preocupaciones por la emergencia sanitaria, está también la falta de recursos económicos, ya que la santa sepultura, se ha convertido en un privilegio que pocos pueden alcanzar, ya que algunos vecinos cuentan que no tienen dinero ni para al sacar familiar fallecido de la morgue.

“Ahora hasta para morirse debes tener plata, para retirar el cadáver de la morgue nos sacan plata, para el certificado de defunción es otro costo. ¿Cuánto nos va salir?, si es Covid, peor todavía, hay que cremarlo, si sumamos, todo, nos sale más de 1000 dólares enterrar a un familiar”, dicen los vecinos afectados.

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