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Redacción Central

Dos alcaldes provinciales dan catedra en solidaridad

La alcaldesa de Sorata, Celia Camargo y el burgomaestre de Mocomoco, Elías Mollehuanca, renuncian a su salario para compartir con los más poderes quienes sufren los efectos de la cuarentena.

Una de ellas es la alcaldesa de Sorata, Celia Camargo, quien donó su sueldo del mes de marzo para la compra de víveres  y sumarse a la campaña solidaria en beneficio de los más necesitados de su pueblo.

“La solidaridad se practica con el ejemplo. Las cosas se hacen y no se habla, hay que cumplir”, dijo la Alcaldesa al momento de disponer su sueldo a favor de los más pobres de su pueblo.

El segundo en renunciar a su sueldo es el Alcalde de Mocomoco, Elías Mollehuanca, quien donó su salario para la compra de insumos de  bioseguridad a favor de las autoridades sindicales y originarias y el resto debe ser puesto a disposición de los más necesitados.

La autoridad edil confirmó la donación de 9.360 bolivianas que representa su salario mensual y conminó a los concejales del municipio aportar de la misma forma para luchar contra la pandemia del Covid-19.

Los dos son ejemplo ya que al momento algunas autoridades como los diputados y senadores se resisten a renunciar a sus sueldos que está por encima de los 25.000 bolivianos.

Mientras en las poblaciones urbanas los funcionarios de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) se resisten a “dejar de cobrar su salario para dárselo a los más necesitados”, en los municipios provinciales las autoridades comienza a donar sus sueldos para la compra de alimentos.

DISCIPLINADOS CON LA CUARENTENA

Autoridades y pobladores de diferentes municipios del departamento de La Paz muestran mayor disciplina que la gente citadina al acatar la cuarentena y comienzan a despojarse de sus salarios para compartirlo con la gente más necesitada.

Mientras algunos vecinos de El Alto, llevan resistiéndose a la cuarentena, instalando sus puestos de venta, saliendo de sus sin tomar los recaudos necesarios para evitarse problemas sanitarios, en las provincias es muy diferente.

Por ejemplo, en la provincia Camacho, los pobladores de comunidades acatan la cuarentena e instalan sus ferias solo en los días autorizados. “Estamos cumpliendo con la cuarentena porque también hay que cuidar la salud”, decía uno de los campesinos.

Varios de ellos, no llevaban elementos de bioseguridad como el barbijo, sin embargo hacían lo posible por cubrirse la boca con una mantilla o un poncho y a la hora de manipular los alimentos también lo hacían con cuidado.

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