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Redacción Central

Miércoles de Ceniza da paso al tiempo de arrepentimiento

Luego de los días de Carnaval poco usuales por la presencia de la pandemia, el mundo católico inicia el Miércoles de Ceniza y los 40 días en los que la iglesia llama a los fieles católicos a la conversión y a prepararse para vivir los misterios de la Pasión, muerte y resurrección de Jesucristo en la Semana Santa.

El Miércoles de Ceniza es una celebración contenida en el Misal Romano. En este se explica que en la misa, se bendice e impone en la frente de los fieles la ceniza. Es importante recordar que la bendición de las cenizas, como todo sacramental, solo puede realizarla un sacerdote o diácono.

La tradición de imponer la ceniza se remonta a los primeros años de la Iglesia Católica.

En la antigüedad las personas se colocaban la ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad con un “hábito penitencial” para recibir el sacramento de la reconciliación el Jueves Santo.

Para esta importante ceremonia se queman los restos de las palmas bendecidas el Domingo de Ramos del pasado año. Esas cenizas se rocían con agua bendita y luego son aromatizadas con incienso. Sin embargo, el Miércoles de Ceniza no es día de precepto. Por lo tanto, la imposición de ceniza no es obligatoria para los católicos.

SIMBOLOGÍA

Según la Iglesia Católica, su función es descrita en el artículo 125 del “Directorio sobre la piedad popular y la liturgia”.

“El comienzo de los cuarenta días de penitencia, en el Rito romano, se caracteriza por el austero símbolo de las cenizas, que distingue la Liturgia del Miércoles de Ceniza. Propio de los antiguos ritos con los que los pecadores convertidos se sometían a la penitencia canónica, el gesto de cubrirse con ceniza tiene el sentido de reconocer la propia fragilidad y mortalidad, que necesita ser redimida por la misericordia de Dios”, se lee en el santo documento.

“Lejos de ser un gesto puramente exterior, la Iglesia lo ha conservado como signo de la actitud del corazón penitente que cada bautizado está llamado a asumir en el itinerario cuaresmal. Se debe ayudar a los fieles, que acuden en gran número a recibir la ceniza, a que capten el significado interior que tiene este gesto, que abre a la conversión y al esfuerzo de la renovación pascual”, agrega.

El gesto simbólico de la imposición de ceniza en la frente, se hace como respuesta a la palabra de Dios que invita a la conversión, como inicio y entrada al ayuno cuaresmal y a la marcha de preparación para la Pascua.

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