Artesano alteño se atreve a fabricar calzados industriales
A sus 60 años de edad, don Paulino Mamani Vallejo sigue batallando y fabricando calzados industriales ya que su viejo oficio de zapatero le permite seguir luchando en la vida. No tiene competencia; sentado en una esquina de la zona 12 de Octubre de El Alto ofrece sus calzados y nada lo detiene, ni siquiera el frío invernal de las mañanas alteñas.
“Tuve un accidente en 2011, me fracturé la pierna y ahora como vengo temprano, por el frío será que ya me quiere levantar reumatismo, por eso me estoy soleando. Vengo temprano como hace frío, creo que me hago pasar con el frío, como somos seres de hueso y carne me está afectando el dolor de hueso, como reumatismo”, cuenta.
Y justamente, encontramos al talentoso artesano a media cuadra de su improvisado puesto de venta y tomando el sol, pero muy atento a los calzados acomodados en el suelo sobre una bolsa de nylon, hasta donde la gente se acercaba para preguntar sobre los costos, el tamaño y sobre todo observan la calidad de los zapatos.
Hace cuatro años que el alteño acomodó su puesto en ese lugar y no le va nada mal, confiesa, ya que se ha ganado clientes que llevan por cantidad los calzados, reconociendo que están muy bien elaborados por las manos del hombre que es padre de familia y abuelo, pero que aún se ve en la obligación de mantener su hogar.
“Son zapatos de seguridad, son zapatos industriales”, dice orgulloso el adulto mayor. “Antes trabajaba en pintura, mecánica, carpintería; trabajo, es trabajo a veces sale bien a veces sale mal, pero ahora ya no hay material ni madera, ya no tenemos; puro madera, venesta del Brasil nomás están importando y eso para la carpintería no es bueno”, lamenta.
PROVINCIA
Don Paulino vino hace muchos años a El Alto de la provincia Omasuyos del departamento de La Paz y contó que hizo de todo en esta vida para sobrevivir y ahora en el ocaso de sus días, la elaboración de calzados le ha generado buenos resultados. Tiene una estrategia de venta y es que su puesto está al paso de la gente que busca un calzado y más, de trabajo, para lo que, dice, no es necesario que acuda a la feria o a una tienda de zapatos.
“Digamos (dicen) que ‘necesito para mi trabajo y no puedo encontrar’ y de repente me ven y preguntan el costo y el número de su preferencia. Hay zapatos desde la talla 35 hasta 43. Lo que más llevan son 40, 41, 42. Hay mucha gente grande, han comido mucho pollo y se han desarrollado”, cuenta entre risas.
Dice que tiene de clientes a mineros, carpinteros y algún que otro mecánico. “No quería traer un 41, pero siempre viene uno de repente que busca, hace rato se ha llevado un par, me pide rebaja, pero yo le digo que no, porque es puro cuero grabado, está bien hecho. En otros lugares baratean pues, como en cada cuadra hay zapatero tiene obligación de rebajar y como yo traigo la gente que necesita de emergencia se lleva pues o puede ir a buscar y perder tiempo, por eso yo también vengo temprano para ganar alguito más”, afirma sin temor.
PEDIDOS
Don Paulino hace trabajos a pedido y los interesados pueden llamar al número de celular 730-92-686 o pueden encontrarlo comercializando los botines desde las 07.30 horas hasta las 11.00 en la calle 9 de la 12 de Octubre, muy cerca de la avenida Tiwanaco de lunes a sábado.
La historia del alteño es una de muchas en la segunda ciudad más poblada del país, después del municipio de Santa Cruz. Hombres, mujeres, familias completas en algunos casos, que su cotidiano vivir es madrugar para comerciar o estar hasta altas horas de la noche para cumplir con pedidos. Es la característica del alteño que emprende de forma independiente un negocio para subsistir.
SU HISTORIA
-Don Paulino Mamani, es una persona de la tercera edad que llegó muy joven a El Alto desde la provincia Omasuyos del departamento de La Paz.
-Es padre y abuelo, pero se dedica solo a la elaboración de calzados industriales (la mayoría botines) tanto para hombre y mujeres, en diferentes tallas desde el 31 al 43. -La calidad es el sello que caracteriza al trabajo del alteño y el precio justo que va desde los 150 a 180 bolivianos.
-Hace pedidos para los interesados que requieran una cantidad determinada, ya que una semana pude llegar a terminar hasta 30 pares. En su vida don Paulino se dedicó a diferentes rubros, desde albañil a carpintero, pero el rubro de zapatería es el que más satisfacciones le ha dado en sus 60 años de existencia.