Venezolanos viven hacinados en alojamientos de El Alto
Los migrantes venezolanos son otro de los sectores sociales que la están pasando muy mal en medio de la pandemia del coronavirus, las bajas temperaturas y la pobreza en la que sobreviven en las calles de la ciudad de El Alto.
En medio de la prostitución, alcoholismo y drogadicción, muchas familias de ciudadanos venezolanos con niños incluidos, comparten hacinados las habitaciones de los alojamientos, viviendo en precarias condiciones y falta de higiene.
La mañana del viernes la Intendencia Municipal realizó operativos en las zonas 12 de Octubre, la Ceja y Villa Dolores. Allí encontró 20 personas entre varones, mujeres y niños de nacionalidad venezolana indocumentados en un alojamiento de la avenida Antofagasta de la zona Villa Dolores.
El secretario municipal de Seguridad Ciudadana, Dorian Ulloa, informó que en el libro de registro del alojamiento sólo figuran tres personas, pero que en la inspección se encontraron extranjeros sin documentos.
Explicó que esas personas fueron remitidas a la Dirección de Migraciones que determinará cómo ingresaron al país.
“La Defensoría de la Niñez verificó la presencia de niños y procedió a tomar los datos para una investigación para precautelar sus derechos”, informó Ulloa.
Lejos de su país, muchos de estos migrantes venezolanos, con las pocas cosas que llevan a cuestas varones, mujeres y niños, deambulan las calles alteñas buscando unos pesos para poder comprar algo de comida y un cuarto donde pasar la noche.
Los datos de la Dirección Nacional de Migración, revelan que en el país existen aproximadamente 20.000 ciudadanos venezolanos y que muchos de ellos ingresaron de manera irregular.
Desde el inicio de la cuarentena (22 de marzo), el personal de la Intendencia y Guardia Municipal, realizan operativos de control en alojamientos, donde se descubrió una serie de irregularidades.
La prostitución clandestina, consumo de alcohol, drogas, personas extranjeras indocumentadas, presuntos delincuentes, en fin la lista de contravenciones a las normas son muchas, por lo que se procedió a la clausura de más de 20 alojamientos y se arrestó a más de 100 personas en estos cinco meses de restricciones.