Frente al Cambio Climático propone que el agua sea reconocida como un sujeto de derechos para preservarla
“Nuestro planteamiento es que veamos al agua como un ser vivo sujeto de derechos y que la tutela la puedan tener los pueblos y las comunidades”, explicó el secretario técnico de la Plataforma Boliviana Frente al Cambio Climático (PBFCC), Juan Carlos Alarcón, al cierre del taller regional del altiplano que siguió con el camino de construcción de dicha Ley nacional del agua.
La propuesta del nuevo enfoque “tiene un avance importante porque el agua va a tener el derecho a su propia regeneración y purificación”, señaló Alarcón y recordó que el ciclo del agua tiene varias etapas. Por ejemplo: la evapotranspiración de los bosques, los ríos voladores, las lluvias y los diferentes estados de la materia (líquido, sólido y gaseoso).
Alarcón recordó que dicho ciclo está alterado por la contaminación de los cuerpos de agua, la reducción de las fuentes de agua segura y otros factores que ponen en riesgo la calidad de este elemento destinado al consumo humano, animal y en las actividades agrícolas (riego), entre otros usos. “Por eso es importante cambiar la visión que se tiene del agua para que esta sea reconocida como un elemento imprescindible en el sostenimiento de la vida”.

Foto: APG
Además de la Plataforma, esta iniciativa de redacción de la ley se realiza de manera participativa con la sociedad civil y la participación de las organizaciones Cipca, Red Chimpu Warmi, , CEPA, JARAÑA y ANAPA. El trabajo arrancó en 2022, tras una decisión de la Asamblea de la PBFCC.
En dicha asamblea, los participantes identificaron varios factores de riesgo. Por ejemplo: cambio climático, contaminación de cuerpos de agua y acceso limitado para algunos sectores de la población. “Se planteó la necesidad de la elaboración de un marco normativo para regular el uso, la gestión, el cuidado y el manejo del agua”, recordó Alarcón.
Desde hace varios años, Bolivia acumula ejemplos de la reducción y extinción de los cuerpos de agua; como el lago Poopó, en Oruro, o la laguna Cáceres, en la Chiquitanía. Esta situación afecta la producción en las zonas que ya no disponen de agua suficiente para realizar sus actividades.
Las alarmas también se prendieron en las ciudades. A finales de 2016, una aguda sequía, dejó sin agua potable a gran parte de la sede de Gobierno. El año pasado ocurrió algo similar en Potosí. Como resultado, varios grupos de vecinos protagonizaron peleas por el miedo desatado ante la carencia de agua potable.
El taller se realizó entre el jueves 27 y viernes 28 de marzo en el hotel Torino de La Paz, contó con la presencia de más de un centenar de representantes de comunidades indígenas, campesinas, zonas periurbanas de La Paz, Oruro, y el norte de Potosí; además de delegados de las organizaciones que forman parte de la PBFCC.