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Redacción central

Familias bolivianas sufren consecuencias del bloqueo

Entre la desesperación por la falta de alimentos y el terror de salir a las calles por la pandemia del coronavirus, miles de familias en Santa Cruz, Cochabamba, Oruro y el resto del país, ven cada día con impotencia como la violencia se apodera de las calles.

La gente hace filas para todo, eso se puede observar en casi todos los mercados. Por ejemplo, Santa Cruz actualmente tiene más de 11 puntos de protesta donde bloquean a los camiones que transportan verduras, frutas y carnes.

“Todo ha subido, la cebolla que costaba dos pesos ahora cuesta cinco, el kilo de carne cuesta 60 bolivianos, el pollo está a 80; 20 plátanos cuestan 15 pesos, de dónde vamos a sacar tanto dinero si no podemos trabajar y para colmo estos bloqueadores nos amenazan con armar a la gente y los obligan a protestar”, denunció Carlos Gutiérrez, vecino del cuarto anillo de Santa Cruz.

Uno de los sectores en los que se detectó mayor violencia es en el municipio de Yapacaní, donde grupos de personas armadas con rifles de asalto y escopetas a bordo de motocicletas arribaron sembrando el temor en la población.

Por medio de las redes sociales, esos mismos grupos difundieron imágenes en las que amenazaron con quemar casas si no les apoyan ir a buscar al candidato presidencial de Creemos, Luis Fernando Camacho, de quien piden su “cabeza”.

BASURA EN LA CALLE

En otro punto del país, las calles de la ciudad de Cochabamba, vuelven a inundarse de basura provocando focos de infección para la población en general. Los “autoconvocados” cumplen casi dos semanas de bloqueo en el ingreso al relleno sanitario de Kara Kara.

La ciudadanía cochala debe de luchar día tras día, no sólo para no enfermarse de la pandemia de coronavirus, sino también para conseguir alimentos y medicinas que escasean por las protestas del MAS que instalaron 36 puntos de bloqueos.

“El poco pan que hay se acaba hasta las ocho de la mañana, la carne es muy cara y debemos buscar enlatados como sardinas, hasta eso se está acabando. Para entrar a las farmacias hay que hacer filas, todo está subiendo de precio, ya era grave en la cuarentena y ahora, otras veces hay montañas de basura en las calles”, comento un vecino de Cochabamba.

En el Trópico cochabambino, también se difundieron imágenes en las que se puede observar a grupos de manifestantes armados con rifles de guerra y amenazando con ingresar a la ciudad si el Tribunal Supremo Electoral (TSE) persiste en cambiar la fecha de las elecciones generales para el 18 de octubre.  

ORURO SIN GAS

A pesar de los vuelos solidarios y la llegada de las cisternas que transportan oxígeno medicinal con escolta de militares, la situación en la ciudad de Oruro es crítica, donde la población debe pasar todo un viacrucis para ser atendida en los hospitales que están repletos de infectados de Covid-19.              

“No hay espacio en los hospitales, hemos llorado, les hemos suplicado, pero no nos atienden porque no hay oxígeno, no sabemos que hacer ni a dónde ir”, reclamó Noemía Montan, ciudadana orureña.

GARRAFAS

Al igual que La Paz, Oruro también es rehén de las protestas, en ese departamento hay 67 puntos de bloqueo que impiden el paso no sólo de medicamentos, alimentos y camiones distribuidores de gas licuado de petróleo.

Varios vecinos hacen largas filas en las calles Caro y Potosí, a fin de adquirir por lo menos una garrafa de gas, elemento que es considerado como un producto de primera necesidad.

Otro sector que resultó afectado es el transporte pesado, con más de 45.000 camiones paralizados en todo el país, donde los choferes deben luchar no sólo contra un enemigo invisible, sino contra el amedrentamiento, amenazas constantes, robos, destrozos a sus movilidades y ahora contra el hambre y el frío o calor que deben soportar en medio camino.

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