Un rayo fulmina a una familia cochabambina
Una terrible tragedia conmocionó toda la comunidad de kellu kellu del municipio de Arque del departamento de Cochabamba, donde tres miembros de una familia perdieron la vida tras ser fulminados por un rayo dentro de su vivienda de adobes. El suceso tuvo lugar la madrugada de ayer dejando a un niño de un año, como único sobreviviente y ahora huérfano de todo.
“Eran nuestros vecinos los que murieron, anoche había fuertes tormentas eléctricas y un rayo le ha caído a la casita. Solo su wawa está viva y la hemos llevado a un centro de salud para que la atiendan”, contó uno de los dirigentes comunarios del sector a medios locales.
Los residentes de esa pequeña comunidad rural se vieron sorprendidos por la violenta tormenta que azotó la zona en las últimas horas. En medio de la intensa lluvia y los relámpagos, un rayo encontró su ruta hasta la vivienda de adobes de la familia afectada, desatando la tragedia de proporciones inimaginables.
Según los informes preliminares, las víctimas del fatídico incidente fueron identificadas como el padre, la madre y un hijo de 10 años aproximadamente. La descarga eléctrica que impactó ese hogar desató un incendio que consumió parte de la casa, dificultando las labores de rescate, porque recién la mañana de ayer sus vecinos y familiares fueron en su ayuda.
“Al parecer, los padres y el menor fallecidos estaban manipulando sus celulares, en medio de la terrible tormenta que se registró y eso atrajo el rayo que cayó en este hogar”, justificó uno de los bomberos que también llegó al lugar.
Entre los escombros y la desolación, las autoridades y dirigentes encontraron el “milagro”. Era el pequeño de un año y cinco meses, que no paraba de llorar, por el frío y el dolor, ya que parte del rayó le quemó las manitos.
El menor fue trasladado hasta el centro de salud de Waycha de la comunidad de Quellu Quellu, donde se enfrenta a un futuro marcado por la pérdida de sus seres queridos. Algunos de los familiares de los fallecidos, afirmaron que se harán cargo del pequeño que aún no asimila que se ha quedado solo en este mundo cruel.
“Una de las vecinas nos ha dicho que estaba saliendo humo de la casa de mi hermana, hemos corrido con los dirigentes, pero era tarde. Su wawita no más estaba viva y llorando”, contó la hermana de la madre.
Las autoridades aún investigan las causas exactas de la tragedia. Lamentablemente, tras hacer el levantamiento legal de los cadáveres, los comunarios y familiares no permitieron el traslado de los cuerpos hasta el Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF) y firmaron un acta de oposición.
Prácticamente les arrebataron los cadáveres a los investigadores y realizaron su sepelio, para hoy enterrarlos en el cementerio del sector. Según medios locales, la negativa surge debido a que los familiares rechazaron que los forenses “corten como a animales a nuestros” a sus muertos.
“Cuando se lo llevan a los muertos los cortan como si fueran ovejas. No queremos que hagan eso a nuestros hermanos. No vamos a permitir que los destripen como a ovejas o chanchos”, afirmó un familiar.
Los policías se vieron obligados a devolver los cuerpos de los fallecidos a los dirigentes comunitarios.