Pasar al contenido principal
Redacción central

Celebran Corpus Christi con la fe puesta en Dios y mucha fruta

Corpus Christi significa rendir culto al cuerpo por encargo de Dios, por ese motivo muchas personas en el mundo asistirán hoy a las iglesias para la eucaristía, mientras que en El Alto la gente celebra esta fecha en familia, consumiendo frutas frescas, pasas, pasankallas y maní.

El Gobierno decretó feriado para la jornada, por ese motivo muchas familias aprovecharán el día para reunirse, realizar algún juego, comer juntos muchas verduras y frutas acompañado del tradicional maní.

Desde ayer las calles de la Ceja de El Alto están llenas de comerciantes que ofrecen frutas que están al alcance de todos los bolsillos y hay para los diferentes gustos.

“Caserito llévese las sabrosas frutas para celebrar el Corpus Christi”, anunciaban ayer los comerciantes y hay otros que dicen. “No tenga miedo, pruebe las sabrosas frutas y Dios se lo agradecerá”, grita otro comerciante que está vez salió a ofrecer su mercadería megáfono en mano.

Lo que más abundan en esta temporada son las mandarinas, naranjas y limas. Frente a los comerciantes que venden frutas están los vendedores de las sabrosas pasankallas que ayer en la mañana instalaron sus puestos de venta en calles y avenidas de esta urbe.

“Pasankalla, pasankalla. Llévese pasankalla para endulzar la vida”, anunciaba una comerciante en la avenida 6 de Marzo de El Alto donde los pasankalleros instalaron sus improvisados puestos de venta a cada esquina.

Los precios de las frutas, pasankallas y manís varían, pero la mayoría de los comerciantes venden frutas por 25 unidades y los precios dependen de la calidad y el tamaño de las frutas que llegaron a la ciudad de El Alto.

 Pero el Corpus Christi para la comunidad católica tiene un significado importante siendo que cuidan su cuerpo consumiendo alimentos saludables como forma de hacer culto al propio cuerpo que fue dado a cada uno como regalo de Dios.

Por ese motivo, la comunión une al creyente con el sacrificio de Cristo para el perdón de los pecados, muchos tienen la costumbre de asistir a las iglesias.

CELEBRACIÓN

Según los católicos, la celebración representa la institución de la eucaristía que se desarrolló el Jueves Santo, durante la última cena, cuando Jesús convirtió el pan y el vino en su cuerpo, por eso hoy en día se realizan misas, liturgias de consagración del pan (hostia) y el vino, es decir el cuerpo y la sangre de Jesucristo.

De ahí surge el nombre porque en latín Cuerpo de Cristo se traduce Corpus Christi.

Esta fecha se la conmemora luego de 60 días después del Domingo de Pascua en muchos lugares del mundo.

HISTORIA

Se cuenta que en el año 1264, un sacerdote procedente de la Bohemia, un tal Pedro de Praga, dudoso sobre el misterio de la presencia real de Cristo en la Eucaristía, acudió en peregrinación a Roma para invocar sobre la tumba del apóstol San Pedro el robustecimiento de su fe.

Al volver de la Ciudad Eterna se detuvo en Bolsena y mientras celebraba el santo sacrificio de la misa en la cripta de santa Cristina, la sagrada hostia comenzó a destilar sangre hasta quedar en el corporal completamente mojado.

La noticia del prodigio se regó como pólvora, llegando hasta los oídos del papa Urbano IV, que entonces se encontraba en Orvieto, una población cercana a Bolsena.

LA CELEBRACIÓN

Impresionado por la majestuosidad del acontecimiento, ordenó que el sagrado lino fuese transportado a Orvieto y comprobado el milagro, instituyó enseguida la celebración de la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de nuestro Señor Jesucristo según el portal www.regnumchristi.org

Según el Concilio de Trento, la historia sostiene la fiesta comenzó a celebrarse en Lieja en 1246, siendo extendida a toda la Iglesia occidental por el papa Urbano IV en 1264, teniendo como finalidad proclamar la fe en la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía. Presencia permanente y substancial más allá de la celebración de la misa y que es digna de ser adorada en la exposición solemne y en las procesiones con el Santísimo Sacramento que entonces comenzaron a celebrarse y que han llegado a ser verdaderos monumentos de la piedad católica.

En Portada