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Redacción central

Alteños despiden el mes de la Pachacama pidiendo salud

Pobladores de El Alto, despidieron anoche el mes de la Pachamama (Madre tierra) con pedidos de salud, trabajo y dinero, por la presencia del coronavirus y las consecuencias que va dejando.

Según la cosmovisión andina, agosto es el mes de la Madre Tierra, donde la deidad, tras estar 31 días con la boca abierta, recibe las ofrendas que le brinda la gente y se cree que “cierra su boca” el último día del mes.

Pese a que las actuales autoridades demostraron poca afinidad con esta costumbre heredada por generaciones de los ancestros, la gente no dejó pasar la preocupación generada por la presencia del coronavirus para pedirle a la Madre Tierra, que se lleve del mundo terrenal la enfermedad que tanto daño está haciendo.

Dependiendo de la costumbre, algunos hicieron la ofrenda, durante el primer viernes de agosto, otros durante el mes y otros a finales, “no importa el día o cuándo, lo importante es hacerlo con fe”, mencionan algunas caseras dedicadas a la venta de mesas, q´oas y ofrendas.

LOS PRECIOS

En cuanto a los costos de esas mesas, oscilan desde los 30 bolivianos hasta los 500, dependiendo de la posibilidad económica de cada creyente. “Algunos que son bien creyentes y piensan que mientras la ofrenda sea más cara, la respuesta será mejor, pero también hay otros que dicen que no importa el tamaño de la ofrenda sino tener mucha fe”, añade la comercializadora.

Lo que más pidió la población en este mes, según las caseritas, es que la enfermedad del coronavirus, “se vaya de una vez por todas”.

“No sólo piden salud, hay muchos que han perdido trabajo, dice que les ha ido mal en sus negocios, entonces lo que ellos piden recuperarse, tener trabajo, tener clientes, y en algunos casos piden otras cosas como viajes y amor, pero ahorita lo importante es tener salud y platita. Por si pasase algo”, continúa la señora quien en su puesto de venta, muestra todos los elementos necesarios para armar una mesa, hierbas medicinales y los denominados sullus (fetos de animales disecados).

MESA O Q´OA

De acuerdo con la explicación de la vendedora, lo principal para realizar la ofrenda es la adquisición de una mesa, que consiste en dulces de distintas formas y de preferencia, color blanco, donde cada forma tiene significado. Los dulces son una especie de placas de azúcar con diversas imágenes, donde "sale la suerte" de quien lo pide.

La ofrenda incluye la wira q'oa, una planta medicinal "sagrada" que crece en el Altiplano y cuya fragancia "purifica la casa", además del incienso, copal o resinas aromáticas vegetales, así como la grasa de llama. Otro elemento importante es el "sullu" o feto de llama disecado, que es como una especie de "mensajero" al que se le colocan pequeñas láminas de papel dorado, llamadas "pan de oro", para que "vaya bien cargado, que guíe el camino y siga adelante", explicó la vendedora.

Sobre un trozo de papel se coloca primero la wira q'oa rodeada por lanas de colores, luego se acomodan los dulces, el incienso, la grasa de llama, algunas hojas de coca y el "sullu". Cuando la ofrenda ya está armada, se la debe "ch'allar" o bendecir con alcohol, que puede ser vino o destilados de uva, para luego colocarla al fuego.

Una vez quemada la q’oa, se reduce a cenizas, donde el yatiri o sabio, puede leer la suerte, ya que si sobre las cenizas existe una especie de nieve blanca, se deduce que la ofrenda fue recibida con agrado, de lo contrario, se sugiere realizar una nueva ofrenda, finalmente, se la entierra o se la guarda en una caja.

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