La extrema pobreza se lleva una amable madre de 9 hijos
El caso de doña Marina Flores recuerda la fatídica historia de Eva Quino, la niña que murió en 2017 de hambre porque ella y su familia vivían en la extrema pobreza, en la ciudad de El Alto. La mujer, que falleció el fin de semana, vivía en condiciones precarias en la zona Senkata del Distrito 8 (D-8) junto a sus nueve hijos, que ahora requieren de ayuda para salir adelante.
La alteña sufrió derrame cerebral y no podía moverse ni hablar, según sus familiares. “Se encontraba postrada en una vieja cama dentro de un pequeño cuarto”, contó el mayor de sus hijos de 21 años de edad.
La mujer dio todo por sus hijos, tras sufrir el abandono del padre de sus hijos, ambulando en la calle para vender refresco hervido, hasta que un día enfermó de gravedad. “Los médicos nos han dicho tenía derrame cerebral y desde esa vez ha ido empeorando, se ha deshidratado y tenía desnutrición, estaba en la cama todo el día. Sus ojos estaban abiertos, pero no hablaba, solo le miraba a su bebé y lloraba en silencio”, contó su hermana menor, María Flores, con quien ahora viven los hijos de Marina.
Los hijos de la pobre mujer tienen 18, 16, 14, 12, 9, 5 y 3 años, y un bebé de apenas 8 meses. Y el mayor que tiene 21 años, Luis.
DOLOR DE CABEZA
Los últimos días de Marina fueron de agonía por la falta de atención médica. Según ANF, antes de su deceso, recobró el habla para despedirse de sus hijos, “en especial de su último hijo, un bebé de apenas 8 meses, a quién le dio un beso”.
El informe dio a conocer que la enfermedad comenzó a atacar a la mujer hace más de dos meses, comenzó con un fuerte dolor de cabeza, pero por falta de dinero dejó pasar la molestia.
Días más tarde, cayó enferma por un dolor en el estómago. “Sus hijos le rogaron para que vaya a un médico y así llegó al hospital Holandés, donde le dijeron que tenía gastritis y problemas en la vesícula; allí estuvo dos semanas, su situación se complicó y buscó otro nosocomio, pero no había espacio debido a las atenciones por la pandemia del coronavirus (Covid-19)”, indica.
Según la hermana de Marina, peregrinaron un mes para que atiendan a su familiar y así fue derivada al hospital Los Pinos en la zona Sur de la ciudad de La Paz, donde le hicieron una tomografía que detectó que tenía dos venas "reventadas" en la cabeza y que eso había causado un derrame cerebral. Desde entonces no recibía alimentos y por su condición, y falta de dinero, comenzó a desnutrirse, perdió el habla y falleció en medio de la pobreza y rodeada por sus hijos.
AYUDA
Los hijos de Marina requieren de ayuda con alimentos y ropa para los menores, y para ello se pueden hacer los contactos a los números móviles: 77325695 o al 70330590.
Luis, el hijo mayor, ahora se hacer cargo de sus hermanos y recordó las últimas horas de sufrimiento de su madre, pero también de amor para con ellos.
“Nos reconoció a todos, nos dijo nuestros nombres a todos. No podía hablar bien, hablaba como bebé, pero a mi hermanito le ha reconocido bien y hasta le dio un besito”, contó.