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Redacción central

Las palabras de Zúñiga que provocaron la tormenta

A las 15.00 de ayer, el aún comandante general del Ejército de Bolivia, Juan José Zúñiga, provocó un terremoto que paralizó el país y la “arena política”, en plaza Murillo donde corrieron los rumores y gritos de “golpe de Estado”. Las palabras que el militar expresó días antes provocaron una crisis por horas en el país.

“El Ejército tiene la misión de hacer respetar y cumplir la Constitución Política del Estado (CPE). Ese señor (Evo Morales) no puede volver a ser más Presidente de este país”, afirmó Zúñiga, en entrevista con el programa “No Mentirás”.

En su entrevista, Juan José Zúñiga afirmó que defendería a toda costa la Constitución y los altos intereses de la patria. Ante la consulta de si estaba dispuesto a detener a Morales, el jefe del Ejército afirmó: “si el caso amerita, yo creo que sí”.

Así, esas palabras provocaron un terremoto en el ámbito político a nivel nacional. Después de eso, los asambleístas y denominados “evistas” o “radicales” del Movimiento Al Socialismo, saltaron a la palestra con una lluvia de críticas que exigían que “ruede la cabeza del militar”.

El primero en manifestarse fue el aludido Evo Morales quien aseguró que “el tipo de amenazas hechas por el Comandante General del Ejército, Juan José Zúñiga, nunca se dieron en democracia. Si no son desautorizadas por el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, Ministro de Defensa, Presidente y Capitán General de las Fuerzas Armadas, se comprobará que lo que en verdad están organizando es un autogolpe”, escribió en su cuenta X ex twitter.

En horas de la noche del martes, corrió el rumor de que Zúñiga fue alejado del cargo, algo que no se confirmó por ninguna autoridad estatal. A las 10.30 del miércoles, él mismo afirmó que continuaba en el cargo de Comandante del Ejército, aunque dejó que las autoridades superiores definieran su situación.

También el mismo miércoles, el oficial apareció imponiendo grados a efectivos que decidieron sumarse al Arma de Inteligencia del Ejército.

TANQUETA

Cuando todos pensaban que este miércoles iba a ser un día normal y aburrido. Una noticia sacudió a los medios de comunicación y las redes sociales. Se trataba de un fuerte movimiento militar que se desplegó e ingresó con violencia a plaza Murillo.

Dentro de una tanqueta, se encontraba el aún comandante del ejército, Juan José Zúñiga. El primero en increpar fue el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, que le exigió que le explique que pretendía hacer. El militar no le hizo caso y exigió la presencia del Primer Mandatario.

Fueron momentos de pavor e incertidumbre, donde periodistas y población fueron gasificados por la Policía Militar en “kilómetro cero”. 

Al cabo de unos minutos, Zúñiga descendió del blindado para ingresar a Palacio Quemado y afirmó que “habrá nuevo gabinete de ministros, seguramente que se va a cambiar, pero no puede seguir así nuestro Estado. Queremos recuperar la patria. Vamos a liberar a los presos políticos. Vamos a recuperar esta Patria”. 

Media hora más tarde (16.00), finalmente el presidente Luis Arce Catacora, llegó al lugar y le plantó cara al militar para exigirle que repliegue a las fuerzas armadas. Hubo un cruce de palabras. Se realizó una reunión a puertas cerradas dentro del edificio.

Al cabo de unos 20 minutos, Zúñiga se retiró del lugar y tras él algunos de los efectivos militares. Luego, el presidente del Estado Luis Arce, el vicepresidente David Choquehuanca y parte del gabinete ministerial, se atrincheraron en el Palacio Quemado.

El polémico militar retornó a la tanqueta con el ceño fruncido y una actitud de molestia que se notó por demás. Se quedó en el lugar por algunos minutos.

Al promediar las 18.00, la tanqueta inició marcha de retirada y los militares también se retiraron del sector. Acto seguido, el presidente Arce se alistaba para posesionar al nuevo Comandante del Ejército Boliviano, en lugar de Zúñiga.

Datos

Juan José Zúñiga fue posesionado el 1 de noviembre del 2023, como nuevo comandante general accidental del Ejército. Se trata de un militar que es apuntado por desfalco y que Evo Morales acusó en su momento de supuestamente “líder del grupo Pachajcho” que, supuestamente, ejecuta el “plan negro” en su contra.

“Hay que cuidarse del grupo Pachajcho, organizado desde el jefe de Estado Mayor del Ejército (Zúñiga). Miembros militares que están detrás de Evo, detrás de los dirigentes, persecución permanente”, declaró Evo a mediados de octubre de 2022. 

Antes el uniformado se desempeñaba como Jefe del Estado Mayor. Un informe oficial indica que es el principal responsable de un supuesto desfalco de al menos 2,7 millones de bolivianos, destinados para el bono Juancito Pinto, Renta dignidad y viáticos para los militares.

Con relación al supuesto desfalco, este fue informado el 28 de noviembre de 2013 por el suboficial Porfirio Quispe, designado como cajero en el Regimiento 23 Max Toledo, en Viacha, que entonces dirigía Zúñiga.

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