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El cumplimiento de la ley y la ética

El tema de la ética ha sido siempre un desafío en la formación y capacitación policial. La creación de la malla curricular ha orientado esfuerzos en los valores fundamentales de la profesión respecto a la aplicación de la ley, incluidos el deber, el honor, la lealtad, el orden público, la justicia, la protección y la integridad., los organismos internacionales reconocieron el incremento de quejas por inconductas de los servidores policiales, los problemas con la percepción pública de la institución y la angustia personal entre los oficiales requería una mayor capacitación en ética. Sobre la base de una evaluación de necesidades se ofreció varias recomendaciones, incluida la provisión de instrucción de ética específica para el trabajo para todos los grados y durante la etapa de formación se propuso mejorar el contenido de instrucción al incorporar modelos de toma de decisiones, discutir valores y emplear ejercicios de pensamiento crítico; además de desarrollar una formación adecuada utilizando modelos de aprendizaje de adultos.

Durante varios años, la capacitación en ética en las unidades académicas consistió principalmente en revisiones breves de los valores fundamentales que constituyen la base moral de la profesión. Con el tiempo, las capacitaciones de ética se han transversalizado en los centros de formación y capacitación, sin alcanzar los logros esperados, hechos atribuidos a la ausencia del enfoque “enseñar con el ejemplo”.

La vigilancia policial requiere una estricta adherencia a las reglas y protocolos complejos relacionados con los elementos centrales de la profesión, incluidos los procedimientos policiales, redacción de informes, protocolos para vehículos de emergencia, tácticas defensivas, habilidades con armas de fuego, uso de la fuerza, manejo del estrés, comportamiento humano, diversidad cultural y legal, etc.

Con respecto a la ética, el contenido del  currículo debe versar sobre pautas directas respecto a qué hacer y qué no hacer (por ejemplo, en relación con la divulgación inapropiada de información confidencial, corrupción, uso excesivo de la fuerza).  La Academia de Policías y las Facultades Técnicas de Formación Policial, son los lugares ideales para que los futuros policías, en sus diferentes grados, despierten su imaginación moral, pues cada acción que realicen requerirá de decisiones complejas y controvertidas, que sin una adecuada formación ética, desvirtuaran los objetivos institucionales.

  • Boris Bellido Rocha

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