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Redacción Central

Bajan las interminables filas en los bancos

En el tercer día del pago de la denominada “canasta familiar” y los bonos Juana Azurduy y la renta dignidad, las filas en las entidades bancarias bajan a comparación de pasados días.

A pesar de ello, las personas de la tercera edad y los beneficiarios de los bonos, llegan desde lejanas zonas alteñas hasta las sucursales bancarias ubicadas en Ciudad Satélite, La Ceja, 16 de Julio y otras donde sólo se atiende a 300 personas desde las 7:00 hasta las 12:00, tal como evidenció El Alteño en un recorrido que se realizó ayer.

CUARENTENA

El pago de los beneficios no solo moviliza a los beneficiarios sino a cientos de comerciantes que hacen de las calles y avenidas mercados improvisados ofreciendo frutas, verduras, papa, comida y todo tipo de productos (ropa, barbijos, guantes) que son adquiridos por las personas con el dinero proveniente de los bonos.

Desprovistos de barbijos, guantes y medidas de bioseguridad, comerciantes y ciudadanos caminan por las calles sin problemas, unos son curiosos, otros beneficiarios de los bonos y aquellos que se resisten a cumplir la cuarentena poniendo a la población en un grave peligro de contaminación con el coronavirus, tomando en cuenta que en El Alto ya hay varios casos confirmados.

También se evidenció una gran cantidad de conductores de vehículos particulares que circulan por las calles sin ninguna autorización transportando pasajeros y cobrando un pasajes de hasta cinco bolivianos por persona.

No faltan los choferes de minibuses que desde las 05:00 transportan pasajeros y comerciantes hasta los centros de abasto sin que ninguna autoridad multe a estos ciudadanos que no cumplen las restricciones.

En el recorrido el equipo de prensa de El Aleño, llegó hasta el Hospital Boliviano  Holandés, se evidenció que sólo el servicio de emergencia está habilitado, no así las consultas externas, menos aún las operaciones, informó un médico de ese nosocomio.

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