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Redacción central

Un intelectual y un indígena al mando del Estado Plurinacional

El domingo 8 de noviembre pasará a la historia como un día en que el MAS recuperó el poder después de que un año antes su líder Evo Morales renunció a la primera magistratura del país acusado de fraude electoral.

Todo comenzó al promediar las 07.00, cuando la gente comenzó a llegar al centro del poder político mientras que “yatiris” levantaban mesas de agradecimiento a la Pacha Mama para la posesión presidencial.

Pronto llegaron los sectores indígenas al son de música autóctona y baile tradicional que engalanaban la plaza de San Francisco.

Desde el viernes los ponchos rojos, indígenas del Norte de Potosí, policías y militares se encargaron de controlar el centro de poder a la espera de sus dos nuevas autoridades nacionales.

Al promediar las 09.30, mientras era inaugurada la sesión de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) de Bolivia gestión 2020-2025 y el titular de esa instancia y dirigente cocalero Andrónico Rodríguez, anunciaba la llegada de los símbolos presidenciales como la banda y la medalla presidencial.

“JALLALLA”

Luego de un breve receso, David Choquehuanca llegó caminado por la alfombra roja hasta las puertas de la ALP, por de las calles Socabaya y Junin. La autoridad estaba acompañada por dirigentes indígenas y la Comisión de Asambleístas que lo escoltaron hasta el hemiciclo.

Choquehuanca vestía un traje color negro con detalles indígenas a la altura del pecho y zapatillas oscuras; Según datos extraoficiales, el terno le habría costado 2.500 bolivianos aproximadamente, según medios estatales.

Mientras Choquehuanca pronunciaba el “¡si juro!”, los sectores sociales que lo seguían por medio de las pantallas gigantes gritaban: “¡jalla nuestro hermano a David”: “¡Jallalla...!”; “¡Viva nuestro hermano Choquehuanca!”: “¡que viva...!”, acompañados de petardos y pututus (instrumento de viento andino).

EN VEHÍCULO

Al cabo de casi una hora (11.00), en un vehículo de color negro con vidrios polarizados, arribó el presidente electo, Luis Arce Catacora.

Para su investidura presidencial y el día más importante en su vida, Arce vestía un elegante traje negro, elaborado por el potosino Víctor Martínez, de sastrería Vicmar's y que tendría un costo de unos 4.000 bolivianos aproximadamente, según datos estatales.

Ni bien juro como flamante Presidente, el cielo paceño y de la ciudad de El Alto, se llenó de petardos y juegos artificiales, en las calles sus simpatizantes se abrazaron entre si con tal alegría que más de uno derramó una lágrima.

BESO A LA BANDERA

Pasado el mediodía el nuevo Presidente salió del parlamento medalla presidencial en el pecho que brillaba como el sol radiante que iluminaba la jornada paceña.

Arce y Choquehuanca avanzaron de frente para besar la tricolor boliviana y la Wiphala mientras de fondo se escuchaba la emblemática marcha presidencial que retumbaba en toda la plaza Murillo.

Todo era fiesta alrededor de “kilómetro cero”, los grupos folclóricos y los bailes se escucharon por todos lados y horas más tarde comenzó el desfilar cívico-militar y al poco rato aparecieron los sectores indígenas con sus elegante melodías autóctonas.

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