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Redacción central

Los “cogoteros” y “jaladores” asedian en el norte alteño

Doña María (nombre ficticio), una mujer de la tercera edad, salvó la vida tras ser cogoteada dentro de un minibús que aparentaba ser del servicio público, para robar sus pertenencias. A don Arturo cinco personas, algunos encapuchados, lo cercaron y golpearon, también para quitarle su billetera, luego de retirarse de un acontecimiento.

Estas son algunas historias por las que pasan vecinos de la urbanización Bautista Saavedra del Distrito 14 (D-14) del El Alto, donde la delincuencia e inseguridad creció, reconocen las mismas autoridades municipales del lugar.

El caso de María es particular, porque se trata de un nuevo modus operandi que los delincuentes implementan para cometer sus fechorías, se dio a conocer desde la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC).

La características de este forma de robo, donde la vida corre peligro, puede sorprender al lector, pero no al vecino de esa urbanización hasta donde llegó El Alteño pues sería cotidiano y la gente vive en medio de esa inseguridad, porque: “no hay de otra”, “así vivimos”, “uno nomás tiene que cuidarse” y “no hay policías”, aseguran.

PASAJERO

Hace dos semanas, muy temprano, María tomó un minibús blanco, con los vidrios negros, con carga en la parrilla y seis pasajeros dentro, en la parada 8. Subió en confianza con otra persona. El vehículo recorrió unas cuadras y a ella, como a la persona que la acompañaba, las cogotearon hasta dejarlas inconscientes.

Dijo que se despertó a un lado de la carretera que lleva a Copacabana, junto a la otra persona y sin ninguna de sus pertenencias. Desde entonces vive traumada y con miedo, porque los delincuentes se llevaron las llaves de su casa. Aseguró que hizo la denuncia a la FELCC pero ahí desconocen de este caso.

Comerciantes de la parada 8, corroboraron este tipo de asaltos en el lugar. “Siempre ha ocurrido, nadie hace nada. A una amiga le sacaron todo. En el día son los robos, los jaladores (de carteras) están robando las mochilas en la avenida Simón Bolívar”, contó una mujer verdulera.

A la hermana de Teresa, ama de hogar, recién le robaron el celular a las 09.00 de la mañana cuando se prestaba a tomar un vehículo para ir a la universidad. “La gente se ha amontonado para subir al auto y ahí le sacaron el celular”, narró.

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