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Redacción central

Una anciana admite haber asesinado a su esposo

“¡yo lo asesine!”, gritó Irma Ortiz Oyola de 80 años de edad en medio de su audiencia de medidas cautelares donde la mujer admitió haber enterrado el cuerpo de su exesposo un militar jubilado Florencio Cadima Ponce 78 años.

"¡Yo lo asesine, dejen de culpar a mi familia!”, gritó Oyola con lágrimas, ante la pregunta de la parte denunciantes en la audiencia que se realizó el viernes.

El hecho consternó a la población cruceña porque el cuerpo fue buscado durante una año y hace una semana fueron encontrados sepultados en el patio de su propia casa que ahora es motivo de disputa de sus hijos.

Junto a Oyola, fueron llevados a audiencia Irma Cadima Ortiz, hija de esa pareja y su conyugue a quienes se acusó de parricidio y asesinato en grado de complicidad, respectivamente.

Al momento de hablar, un silencio sepulcral se apoderó de la audiencia durante su declaración. La mujer de la tercera edad ratificó a cada momento que fue solo ella, quien le quitó la vida a su expareja, debido a que el hombre amenazó dejar a su hija fuera de la herencia.

“Era muy violento, me maltrataba a mí y sus hijos, aguanté eso por años”, aseguró la mujer quien, posteriormente fue llevada tanto ella como su hija y su yerno a la Cárcel de Palmasola.

MACABRO HALLAZGO

El militar jubilado Florencio Cadima Ponce, padre de nueve hijos, fue denunciado como desaparecido en mayo de 2020 por una de sus hijas que radica en Inglaterra.

Fue ella quien alertó a los agentes de la Policía que iniciaron una investigación, pero no se encontró su paradero hasta el miércoles por la tarde.

Dentro del proceso se hallaron contradicciones entre los familiares por lo que se hizo un operativo en el que se halló enterrados los restos de Faustino en el patio de su vivienda ubicada en la Urbanización Toborochi, de la capital cruceña.

Con pala en mano, los agentes del orden desenterraron el cuerpo de la víctima que ya estaba en los huesos, en medio de la tierra y las hierbas.

HERENCIA

Según la denuncia, el hombre de la tercera edad, denunció maltrato tanto física como psicológicamente, por parte de su exesposa y su hija, actualmente aprehendidas.

No obstante, en su versión, la mujer de 80 años desmintió esas denuncias y aseguró que era el hombre quien la golpeaba por años, hasta que decidió separarse de él, pero luchó por la herencia del difunto, que era nada menos que la casa donde lo enterraron.

El anciano advirtió que dejará su vivienda a cargo de la hija que vive en el extranjero y de dos hijas menores de la familia.

Según los primeros indicios, eso le cayó como un baldazo de agua fría a la mujer que, llevada por el odio, tramó un plan siniestro. Fue a la casa del anciano una noche para hablar; algo salió mal y las palabras pasaron a los golpes.

La víctima fue apuñalada y golpeada en la cabeza con un objeto sólido, que le provocó la muerte casi de inmediato. Posteriormente y con la ayuda de su hija y su yerno, la mujer enterró el cuerpo en el lugar menos pensado.

La hija del hombre llegó al país y denunció su desaparición y los problemas legales que tenían por la herencia de la casa, hasta que finalmente el cuerpo fue exhumado. El proceso aún no fue cerrado y se investiga si la mujer se auto inculpó para proteger a sus familiares.

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