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Edwin Mamani Luna

Cuarentena comienza a tomar cuerpo en El Alto

A diferencia de los días anteriores, la jornada del lunes la “cuarentena total” dispuesta por la presidenta  Jeanine Añez, comenzó a tomar cuerpo en la ciudad de El Alto, aunque en algunas zonas alejadas a la Ceja, la gente hacía el esfuerzo por seguir con sus actividades normales.

En un recorrido que hizo El Alteño, se pudo constatar que en medio de presencia de los efectivos militares, algunos comerciantes instalaron sus puestos de venta en diferentes calles y avenidas de la Ceja para comercializar productos comestibles.

El objetivo de los comerciantes era vender lo más que puedan y antes del mediodía, hora fijada para las actividades de compra y venta. Las actividades se realizaron en medio de cierto temor por la presencia del coronavirus y su avance hacia El Alto.

“No es que no le tengamos miedo a esta enfermedad, tenemos miedo, pero también necesitamos  vendernos para llevar algo de comer a nuestras casas”, decía una de las vendedoras que comercializaba afanosamente hortalizas en la Ceja.

Llegar al punto de comercio es relativamente fácil, ya que a tempranas horas de la mañana hay uno que otro automóvil se anima a transportar a comerciantes y compradores, pues poco a poco, la actividad se reduce de comerciante a vendedor o de vendedor a comerciante, ya que el resto de la gente permanece en sus domicilios.

Cerca al mediodía, la probabilidad de encontrar transporte público en la Ceja,  se complica, porque los pocos motorizados desaparecen y la gente comienza a caminar a pie para llegar a sus domicilios llevando algunos productos comestibles. “Nos ayuda mucho que en la ciudad de El Alto no hay subidas, ni muchas bajadas, como en La Paz”, comentaba una mujer que lleva entre sus manos bolsas de compra.

LOS QUE NO TEMEN

A diferencia de los barrios céntricos de El Alto, en las zonas periféricas de esta urbe,  el panorama fue diferente, ya que ahí, algunos aún se resisten a acatar las restricciones dispuestas por el Gobierno nacional. Por ejemplo, en diferentes los barrios marginales, muchos vecinos y comerciantes intentaron instalar las ferias tradicionales de lunes, como si no se conocieran de la emergencia sanitaria en el que se encuentra Bolivia y el mundo.

La actitud fue denunciada por los mismos vecinos quienes subieron a las redes sociales imágenes de vecinos que se resistían a cumplir las restricciones. “Que falta de conciencia”, dicen unos mientras otros denunciaban que la presidenta en transición intenta “someter a la ciudad de El Alto al encierro”.

Al respecto, las autoridades nacionales, departamentales y municipales pidieron a una sola voz, tomar en serio tomar el asunto y asumir con seriedad las recomendaciones profundizando los hábitos de higiene, evitar conglomeración de personas, usar elementos de bioseguridad como el barbijo, alcohol en gel y otros y a la vez recomiendan evitar el pánico por todos los medios.

Ya en la noche, se volvió a escuchar las sirenas de algunas ambulancias y vehículos de patrullaje que recorrían por las calles de esta urbe haciendo la recomendación de quedarse  en casa. Así cerró la ciudad de El Alto, su jornada de lunes 23 de marzo, día en él se recuerda la pérdida del Litoral Boliviano y con la esperanza de que pronto acabe la cuarentena y que el mundo derrote al coronavirus.

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