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Redacción central

Buscan al científico que envenenó a su expareja

Policías de élite buscan a científico que supuestamente envenenó a su expareja en un restaurant de la ciudad de El Alto. Se conoce que el hombre se resistía a pagar asistencia familiar, tampoco quería comprar un celular inteligente que su hijo necesita para pasar clases virtuales.

“El hombre no se hacía cargo de la manutención de su hijo. Su expareja le exigía que le dé un celular inteligente para que su hijo pueda pasar clases virtuales en la escuela”, afirmó el fiscal de Delitos Contra la Vida, Fabio Maldonado.

Según la investigación, el presunto feminicida responde al nombre de Valentín P., A., de 40 años, de quien se conoce que es científico y experto en manejo de compuestos químicos.

El hombre se separó de su víctima hace 10 años, tenía otra familia, pero se hacía de la “vista gorda” para no pagar las pensiones familiares de su primera relación.

“Entonces, el hombre citó a la mujer a un restaurante de la zona de Río Seco de El Alto, donde la obligó a tomar la sustancia que ahora está siendo analizada por expertos del IDIF”, afirmó el fiscal de Delitos Contra la Vida, Fabio Maldonado.

La víctima, Noemí Vanesa Quenta, de 34 años de edad, se alejó del acusado y lo demandó hace tres años por las constantes agresiones físicas y psicológicas a las que la sometía tanto a ella como al menor.

Presionado por la demanda penal y la exigencia de un celular para que su hijo pueda pasar clases, el feminicida utilizó sus conocimientos científicos para preparar una brebaje de órganos fosforados (aún está bajo investigación los compuestos químicos que utilizó), con el fin de acabar con la que fue el amor de su vida y ahora era un obstáculo para su nueva vida.

Es así que el hombre la citó, en el “Multicine” de Río Seco, un conocido centro comercial de El Alto. La mujer llevó a su hijo al lugar para comer y pasear por el sector, fue ahí que el científico los llamó para conversar un rato.

EL QUÍMICO

Al llegar, el científico los reconoció, se acercó a ellos y se dice que el hombre tenía entre sus brazos una botella de plástico que supuestamente contenía agua y quizás mezclado con algo de compuesto químico. La madre no notó nada raro al principio, lo saludó y se sentó a su lado mientras el hijo los observaba juntos.

La mujer le recordó la razón de la cita y sobre todo el celular para las clases virtuales. En ese instante el hombre cambió de gesto y puso la botella sobre la mesa, sin levantar la voz para no llamar la atención, la amenazó para que tome la sustancia desconocida o haría que el niño tome brebaje.

“El sujeto le dijo que si no tomaba ese líquido, se la daría al menor”, contó el Fiscal. Sin poder pedir ayuda, entre lágrimas y advertida de que el agua pudiera tener algo raro se la bebió pensando en lo peor.

El sujeto salió del lugar sin despedirse, al cabo de unos minutos, cuando la víctima y el menor se dirigían las puertas de un supermercado, comenzó a tener mareos y dolores estomacales, el químico había entrado en funcionamiento y estaba destrozándole los intestinos, cayó al piso y comenzó a retorcerse de dolor ante la mirada de desesperación de su pequeño.

Los transeúntes y el personal de seguridad del supermercado la socorrieron y la llevaron al Hospital del Norte. 

Horas más tarde, el personal policial de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) realizó el levantamiento del cadáver. “Se recolectó las imágenes de las cámaras de seguridad. Se registró el teléfono celular de la víctima y se confirmó que la última persona que tuvo contacto con la mujer fue su expareja”, confirmó el jefe de la División de Homicidios, teniente Carlos Patzi.  

Con todos esos datos los agentes del orden iniciaron un operativo para dar con el paradero del científico a quien ahora los buscan por el delito de feminicidio y una vez capturado será entregado al juez cautelar.

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