Un joven fue ofrendado a la Pachamama como sullu
Víctor Hugo Mita de 28 años, logra escapar de las entrañas de la “Pachamama” después de que le ofrendaron a la madre tierra como si fuera “sullu (feto de llama para la ofrenda)”. Asegura que despertó bajo tierra y enterrado debajo de una construcción en Achacachi y solo Dios el milagro y el poder que le dio para escapar del lugar.
“Me han enterrado vivo como si fuera sullu”, afirmó la víctima notablemente shockeada por el hecho y dijo que eso sucedió en la tierra de los ponchos rojos Achacachi.
Cual, si se tratara de un cuento de la película boliviana de “Cementerio de Elefantes”, basada en la obra del escritor y cronista Víctor Hugo Vizcarra, un hombre denunció que su “amigo” lo emborrachó y lo metió en una fosa para usarlo como ofrenda a la madre tierra en una construcción allá en el campo.
OFRENDA
Llegó ayer aproximadamente a las 10.00 a la Alcaldía Quemada de El Alto, estaba lleno de tierra y mescla de cemento en la ropa y el cabello, con el ojo amoratado, hinchado y sangre coagulada en su cara. Estaba acompañado por una persona que lo socorrió para escapar de las entrañas de la Pachamama.
Según su relato, él es guía de una fraternidad folklórica en Villa Victoria donde baila Tobas y que supuestamente estaba en el ensayo de la noche del domingo. Luego el joven decidió quedarse con sus compañeros y compartir bebidas alcohólicas en la calle.
Una persona desconocida se acercó a él y le aseguró que eran camaradas en el cuartel. El desconocido incluso lo abrazó y le afirmó que ya hacía mucho tiempo sin verlo y que él estaba muy feliz de encontrar a su camarada y no sospechó las ocultas intenciones que tenía el supuesto camarada.
“Se acercó uno de mis camaradas, eso me ha dicho, me invitó una caja de cervezas. Yo la acepté. Después de tomar yo ya no me acuerdo más. Todo era nublado y como en pesadillas”, según su relato.
Sus compañeros de escuadra, lo dejaron solo. Al cabo de unas risas y abrazos, la víctima comenzó a perder el conocimiento sumergiéndose profundamente en los brazos de Morfeo (Dios griego de los sueños), y solo recuerda pequeñas imágenes, un golpe y como se quedaba sin aire en medio de la tierra y el cemento fresco.
“Recuerdo como si fuera una pesadilla, pensaba que estaba durmiendo en mi casa. Me acuerdo que me quería levantar y me dieron una patada en la cara, luego recuerdo que me estaban echando tierra”, detalló haciendo un esfuerzo por recordar todo lo que le habían hecho.
El joven explicó que, tras el fuerte golpe en la cabeza, se volvió a dormir y que cuando quiso levantarse para ir a orinar, aproximadamente a las 03.00 de este lunes, no podía porque había un vidrio enfrente suyo.
Estaba dentro de un sarcófago y solo podía mover las manos estrechamente. La desesperación y la falta de oxígeno comenzaron a presionarlo. Usó sus manos para romper el vidrio y buscar su libertad.
“Me he dicho ‘qué ha pasado'. Ay no, ay no’ y me he dado cuenta que estaba en un ataúd. Luego he roto el vidrio, por eso mis manos están cortadas. He roto un lugar y la tierra ha comenzado a entrar y poco a poco he salido gritando y pidiendo ayuda”, explicó.
Como un zombi, el hombre salió en medio de la tierra y el cemento fresco. Se dio cuenta que estaba en los cimientos de una construcción a medias. Notó que había algunos ladrillos y bolsas de cemento. Corrió sin rumbo hasta que encontró a una mujer. Su salvadora quien le explicó que estaba en Achacachi y le consiguió un taxi para que lo lleve hasta El Alto.
Al llegar a la urbe alteña, a la altura del reloj, a eso de las 05.00, pidió ayuda a unas personas quienes también estaba bebiendo por el sector y se dirigió a oficinas policiales.
En el mes de las ofrendas
La víctima afirmó que presentó la denuncia a la Policía Boliviana y a otras instancias, pero no le dieron mayor importancia y que como aún estaba con aliento alcohólico le pidieron que vuelva cuando esté sanito.
“He ido a la Policía, pero no me querían atender, me han dicho que vuelva cuando esté sobrio y por eso he venido a la Alcaldía Quemada, porque las personas que me ayudaron me han dicho que venga aquí a buscar ayuda”, detalló. Con la ayuda de los medios de comunicación, el joven volvió a la FELCC y recién lo atendieron.
Agosto es el mes de la Pachamama, en la que se realizan “ofrendas” para los comercios, negocios, construcciones y otras actividades. En muchos casos se utilizan ‘sullus’ (fetos) de llama para la ofrenda, pero ahora un joven.