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Redacción Central

Avalancha de la muerte trunca los sueños de Gladys y Daniela

Daniela Edith Quentasi, de 20 años, soñaba con ser la primera profesional de su humilde familia, mientras que Gladys Acuña Cáceres, de 30 años, era madre soltera quien con mucho esfuerzo estudiaba y trabajaba para sus dos hijos; ambas murieron en la estampida y avalancha que provocó la detonación de una granada de gas en la Universidad Autónoma Tomás Frías (UATF) de Potosí.

“Era mi wawita. No sé qué hacer, dónde voy a encontrar a mi hijita, teníamos hartos planes, me lo quería comprar una casita. Pido justicia”, exigió con lágrimas de impotencia el padre de Daniela. 

El lunes en la mañana, se realizaba una asamblea dentro de la universidad potosina. Había más de 3.000 estudiantes. Unos antisociales que estaban en contra de la reunión, decidieron lanzar una granada de gas que provocó desesperación en los universitarios quienes después intentaron salir del lugar por la fuerza.

La estampida de gente que quiso salir del lugar, provocó la muerte de cinco estudiantes que murieron aplastados y más de 70 quedaron heridos. 

La joven estudiante cursaba su último año en la carrera de Contaduría, casi no le faltaba nada para poder egresar como profesional. Era la menor de todos. Soñaba con convertirse en la primera profesional de su familia de nueve integrantes.

La madre de la víctima relató el calvario que pasó al ir a buscarla, luego de conocer la noticia. La mujer de 60 años, aún no halla consuelo y asegura que es como una pesadilla de la cual no puede despertar. 

“Rogué en el hospital para saber que pasaba con mi hija, no salía su nombre en la lista. Le pedí a Dios que mi wawita esté bien, les rogué a los médicos que me dejen entrar. Fui cuarto por cuarto a buscarla y nadie me explicaba. Recién salió su nombre, cuando me han dicho que es para reconocer su cuerpo. Era mi hija, ya no se movía, no respiraba”, relató la madre, en el funeral.

DOS HUÉRFANOS

Gladys Acuña Cáceres había decidido retomar sus estudios este año, en la carrera de Contabilidad y Finanzas de la Universidad Autónoma Tomás Frías. Luego de una pausa para poder trabajar, para alimentar a sus dos hijos de siete y 10 años, la joven halló la muerte, al ser aplastada por la marea de gente que provocó la detonación de una granada.

“Es difícil asimilar que una mamá se haya ido. Estaba estudiando, estaba retomando sus estudios y es lamentable lo que ha pasado. Era madre soltera, ahora quién se va hacer cargo de sus dos hijos, ella era la única que les daba de comer”, lamentó una amiga de Gladys, en el velorio.

La joven madre será enterrada este miércoles en el Cementerio General de Potosí. Sus padres aún no salen del estado de shock. Sus dos hermanos temen que algo les pase, porque los progenitores son ancianos y están delicados de salud. 

Aún nadie en su familia tuvo el valor de hablar con los dos menores de edad que ahora están huérfanos, para decirles que su madre no volverá a casa.

CUATRO APREHENDIDOS

El comandante de la Policía Boliviana, Jhonny Aguilera, reveló que los cuatro sindicados de activar una granada de gas en la asamblea estudiantil de la Universidad de Potosí, se reunieron horas antes, para recibir el artefacto explosivo. 

“Pero antes, a las una de la mañana de ayer (lunes), antes de que se cometan los hechos, al interior de un vehículo de color plomo de propiedad del presidente del Comité Electoral, se reúnen los cuatro individuos y reciben, según ellos, la granada de gas”, contó Aguilera. 

Los sospechosos fueron aprehendidos e identificados como Mauricio Quintanilla R. de 25 años, Juan Ariel Quispe M. (40), Milton Fuentes A. (35) y Manfred Flores C. (25). Entre otros delitos serán procesados por homicidio.

Además, se investiga a una quinta persona que, según el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, sería el individuo que proporcionó la granada de gas a los dirigentes universitarios ya detenidos.

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