El creador del T’ilincho lleva su arte al MUSEF, este 15 en enero inaugurarán una exposición en su homenaje
El barro, moldeado por las manos sabias de Walter Melendres, ha narrado historias que trascienden fronteras y generaciones. Este 15 de enero, a las 18:30, el Museo Nacional de Etnografía y Folklore (MUSEF) abre sus puertas en el patio principal para inaugurar una exposición que rinde homenaje a uno de los grandes maestros de nuestras raíces: Walter Melendres, el creador de los icónicos T’ilinchos.
Desde Khunkhu Liki Liki, en la provincia Ingavi del departamento de La Paz, Walter Melendres ha tejido un puente entre la tradición y la innovación, consolidándose como un referente de la cerámica boliviana.
Sus famosas miniaturas, los T’ilinchos, no solo representan escenas de la vida cotidiana andina con un toque de humor, sino que también condensan la esencia de una cultura rica y profundamente arraigada en el pasado ancestral.
Estas piezas han cautivado tanto a locales como a extranjeros, llevándolas más allá de las fronteras de Bolivia, conquistando exposiciones en Estados Unidos y Europa.
Walter Melendres no aprendió su arte en academias o universidades. Su formación proviene de las manos de sus padres y del contacto íntimo con su entorno cultural. Criado en un hogar humilde, rodeado de campos y cerros, su inspiración nació de las formas, colores y relatos que caracterizan a la región de Wankane, tierra con una herencia tiwanakota viva en cada rincón.
La cerámica de Melendres no es solo una técnica, es un acto de resistencia cultural. Cada pieza que crea busca preservar y revitalizar las tradiciones ancestrales que corren el riesgo de desaparecer en un mundo cada vez más desconectado de sus raíces. Según sus propias palabras: “El barro no solo es tierra; es historia, es memoria, es vida. Cada pieza que hago lleva un pedazo de mi comunidad y de mi gente”.
Raíces
La muestra que se presentará en el MUSEF reúne más de 50 piezas originales que reflejan la vasta trayectoria de Melendres, desde sus primeros trabajos hasta sus creaciones más recientes. Entre las obras expuestas, los visitantes podrán disfrutar de los famosos T’ilinchos, pero también de piezas más grandes y complejas que demuestran su maestría técnica y su capacidad para reinventar los relatos culturales bolivianos.
Además de las obras, la exposición incluye fotografías, audiovisuales y testimonios que permiten a los asistentes conocer en profundidad el universo de este gran maestro. La narrativa que acompaña a la muestra destaca no solo el talento de Walter, sino también su visión del arte como una herramienta para preservar la memoria y fortalecer la identidad colectiva.