El Ekeko le devuelve la ilusión a los alteños
Por segundo año consecutivo, la Alasita se realizó en medio de la pandemia por el coronavirus, en El Alto, pero esta vez la llegada del Ekeko le devolvió a los alteños la ilusión de “días mejores”.
“Sabemos que todo irá mejorando de a poco y que la pandemia va terminar a pesar de las penas que nos ha dejado, por las muertes de amigos y familiares”, dijo doña Martha que ayer vendió pequeños aguayos para guardar las compras de los visitantes y creyentes de la feria de la miniatura.
Pese al anuncio del Municipio alteño, en sentido de que no se realizaría la tradicional inauguración de la Alasita 2022, ayer se llevó a cabo la apertura en cuatro diferentes puntos de la ciudad alteña y uno de ellos estuvo en el Jach’a Uta, donde la alcaldesa Eva Copa dio paso al mismo, con los mejores deseos para la población alteña.
“Que tengamos mucha salud, trabajo, empleo, sobre todo que llene a todas las familias alteñas de mucha abundancia, esta es una de nuestras creencias dentro de nuestra cultura y hay que pedir con mucha fe para que se haga realidad”, dijo.
IMPORTANCIA
La dirigente de los artesanos alteños, que exponen sus productos en la plaza La Paz, Carmen Quenta, indicó que llevar adelante la feria de la miniatura era importante para el sector, golpeado, dijo, a causa de la crisis económica que deja la pandemia del coronavirus. La Alasita en El Alto se extenderá hasta el 13 de febrero.
Don Mario llegó cerca a las 11.30 a la feria d la Alasita instalada en la zona Villa Dolores, una de las principales, y compró una pequeña vagoneta de color azul, hecho de yeso. “Este año se me hará realidad con la ayuda del Ekeko”, dijo el hombre de la tercera edad, que también adquirió barbijos e insumos de bioseguridad en miniaturas.
La cuarta feria de la Alasita se inauguró también en Villa Caluyo, en el lugar la gente hizo sus comprar mucho antes del mediodía, para evitar la aglomeración de personas; a las 12.00 horas de cada 24 de enero, que según reza la tradición es cuando se hace la ch’alla y bendición (en la iglesia) de todo lo comprado, para que un día se hagan realidad.
La inauguración de la Alasita, también se hizo en los 14 distritos de la urbe de forma descentralizada y solo por un día.
Las comerciantes afirmaron que la fe debe ser lo primordial al comprar las distintas artesanías para que sus deseos se cumplan. Las miniaturas más requeridas por las personas fueron títulos de profesional y bachiller, casas, billetes, movilidades, gallos, gallinas, entre otros.
Doña Guadalupe, que año tras año participa de la fiesta de la miniatura, en Villa Dolores, exponiendo sus productos, manifestó que “la esperanza debe primar al momento de que los clientes lleven sus artesanías”.