Gigantes blancos que agonizan en La Paz
El andinista Eulalio Gonzales en una de sus tantas expediciones al nevado del Illimani realizó un hallazgo que nunca pensó hacer, en frente de él estaban los restos del Eastern Airlines, un Boeing 727 -200 que impactó el gigante blanco en 1985, a una altura de 19,600 pies (6,539 metros aproximadamente) evento en el que 29 personas perdieron la vida, ese fue uno de los accidentes aéreos más siniestros que ocurrió en Bolivia.
A 35 años de aquel hecho, Eulalio miraba casi incrédulo aquel panorama de restos de metal, cajas, cables y prendas de vestir, todas sin color y casi reducidas por el tiempo y el intenso sol. Junto a su sobrino Helbert Gonzales que lo acompañaba en aquella expedición, recorrieron aquel lugar el cual hace años no pudo ser encontrado por los más avezados andinistas que lo buscaron queriendo rescatar a las víctimas y encontrar la aún desaparecida caja negra.
El experimentado montañista recalca que ese sitio donde estaban los restos de la aeronave hace algunos años era inaccesible. Por lo difícil del camino, la nieve era abundante enfatizó, tratando de recordar cada detalle de aquel evento que le confirmaba, el derretimiento de los glaciares era peor de lo que temía.
Apesadumbrado recordó también lo que sucede con el Huayna Potosí, nevado de 6.088 m.s.n.m. y emblema de la ciudad de El Alto, su ala este retrocede cada vez más, dejando inmensas rocas al aire libre.
Los andinistas Reinaldo Choque y Daniel Flores asiduos de los nevados, lamentan este tipo de sucesos, ellos practican la escalada en hielo y el snowboard y cuentan que cada vez que ascienden a los glaciares, estos presentan retrocesos muy preocupantes. Choque asegura en menos de seis meses de esta gestión, vio casi medio kilómetro de nieve retroceder en el Charquini.
Ángel Yujra fotógrafo de la altura como se hace denominar y quién coronó gran parte de los nevados paceños asegura los glaciares son testigos silenciosos, pero no por ello indiferentes, sufren desde hace décadas los efectos del cambio climático “ es una pena, nuestros Achachilas están heridos, caminé muchos de ellos viendo cómo cambian, triste por no poder hacer nada, hace poco estuve en el Mururata y he visto grandes espacios de piedra, nieva a veces, pero está desaparece en poco tiempo, el grosor que tenían ya no es como antes” dijo lamentando que nuestros gigantes blancos sufran ya la desfiguración de sus majestuosos paisajes.
De acuerdo al informe del Instituto Boliviano de la Montaña (BMI) en los últimos treinta años Bolivia perdió gran parte de sus glaciares, Dirk Hoffmann quién dirigió la institución por muchos años y quién ahora se encuentra en Alemania apuntó como causantes del derretimiento a varios factores, como el calentamiento global, quemas forestales(chaqueos), quema de pastizales, sobre todo las se efectúan en tierras bajas y también las partículas de los motores de vehículos de las grandes ciudades.
En el caso de los nevados como el Illimani (6.438 msnm) Huayna Potosí (6.088 msnm) Charquini (5390 msnm) sufren los efectos de las ciudades de La Paz y El Alto.
Dirk dice que esas emanaciones se convierten en un manto negro y el hollín está ensuciando los glaciares, como consecuencia su capacidad de reflejar la luz, es decir rebotar está disminuyendo y por lo tanto el derretimiento se va acelerando.
Sobre esta situación Carmen Capriles de Reacción Climática y experta en calentamiento global y cambio climático, teme que el panorama de los recursos hídricos se complique a razón de estos fenómenos, en el caso específico de las ciudades de La Paz y El Alto, el agua de los glaciares representa entre el 20 y 25 % de sus recursos hídricos y en época seca, el porcentaje de agua glaciar sube hasta un 30 % en algunas de sus cuencas.
Según dice en una primera fase del derretimiento de los glaciares, los ríos reciben un flujo adicional de agua, sin embargo, se prevé que los aportes de los glaciares caerán con el tiempo y los ríos y lagos no podrán ser alimentados, por lo tanto, la vegetación, producción y economía circundantes ya no serán los mismos.
Daniel Flores cuenta también como el agua que se derrite de los glaciares baja de la montañas y gran parte se va a la nada, aunque si destaca la aparición de muchas lagunas en las faldas de las montañas, dice “son hermosas, aunque la gente no se da cuenta que son también un signo del derretimiento de los nevados”.
EL GUARDIAN BLANCO DE LA PAZ
El Illimani es el principal emblema de la ciudad de La Paz, y una de las montañas más altas de la Cordillera Real Andina, con una altura de 6.438.
Actualmente la imagen del gigante blanco no presenta grandes cambios en la vista frontal, pero la perspectiva desde la parte posterior cambia, desde allá se puede advertir que el otrora amplio manto de nieve, ya aparece recortado.
A este emblema paceño también acuden excursionistas y escaladores, aunque por su característica deben ser los más expertos, su altura y topografía son muy exigentes. El montañista Gonzales dice se requiere de mucha preparación física para coronarla.
Respecto al cambio climático dice el retroceso que se va sintiendo en el nevado es más acelerado año a año,” grandes bloques de nieve se pierden dejando solo roca”, teme que pronto la forma del glaciar cambie.
Suma a esto dice la gran explotación minera que se está dando en una parte de la montaña, tanto de cooperativas mineras como de empresas extranjeras, que además de explotarla indiscriminadamente, sin un control adecuado de las autoridades del gobierno central, contaminan sus mantos blancos.
El entrevistado también asegura se reunió hace un tiempo con tres comunidades (Choque Khota, Arasaya, Cohoni) comunidades que viven en los alrededores del nevado y recogió sus preocupaciones, existe mucho riesgo de que sus fuentes de agua sean contaminadas por la actividad minera, gran parte los pobladores de esos sectores dependen de ríos que son alimentados por el glaciar.
Según el cívico paceño Clemente Gutiérrez que estuvo con temas de inspecciones a los nevados paceños hace meses, toda actividad minera, por pequeña que sea, genera un impacto grave sobre todo en los cursos del agua.
Relata también que anteriormente las cooperativas asentadas en el nevado hacían un trabajo de no procesar el mineral, solo extraían, sin embargo, ahora se han instalado ingenios y usan más químicos para sacar los minerales sobre todo el oro asegura.
El 2012 el gigante blanco fue declarado Patrimonio Natural del Estado Plurinacional de Bolivia, mediante la ley 302 del 26 de octubre, sin embargo, actualmente las actividades mineras continúan, incluso con mayor ocupación de la montaña.
CHARQUINI EL GIGANTE BLANCO DE 5390 M.S.N.M.
La tierra se calienta y los nevados se derriten dice Capriles de Reacción Climática, el incremento de la temperatura global está golpeando la fragilidad de los glaciares que están amenazados como el Charquini.
Según cuenta Reinaldo Choque, Charquini, después de la desaparición de nieve en el Chacalyata, se había convertido en la pista favorita de los deportistas, sin embargo, la aspiración de consolidar a la montaña como la nueva pista de esquí y snowboard no podrá ser, ya que el calentamiento global también está haciendo presa de él y grandes partes de rocas van apareciendo cada vez más.
Según el Instituto de Investigaciones Geológicas y del Medio Ambiente de la Universidad Mayor de San Andrés(UMSA)en su informe anual del 2019, en cinco años la nieve desaparecerá de Charquini.
Este nevado que también es muy importante para la cultura aymara, se encuentra a 40 kilómetros de la ciudad de La Paz, atesora un paraje luminoso y deshabitado casi por completo, rodeado por laguna cristalinas, humedales y fauna andina.
Al gigante principalmente llegan montañistas y excursionistas, que después de un viaje de dos horas en autobús por carretera asfaltada y una hora de caminata a pie por senderos de tierra ubicados entre 4500 y 5390 m.s.n.m. pueden disfrutar de él.
El nevado Charquini también es un lugar donde actualmente deportistas realizan entrenamiento y aclimatación para ascensos a otras montañas de la cordillera real, arriba de los 6000 mts.
Hace años varios expertos en glaciares lo advirtieron, este nevado no soportaría por mucho tiempo el calentamiento global, ya que el proceso de regresión de la nieve había iniciado.
Ángel Yujra cuenta que la nieve retrocedió en los últimos cinco años entre 100 a 200 metros de longitud y su capa perdió un aproximado de 30 metros de altitud, al tiempo que la nieve se volvió angosta.
¿EXISTEN ESTRATEGIAS PARA PROTEGERLOS?
En algunos países se han hecho experimentos para poder recuperar los glaciares y protegerlos, por ejemplo, utilizando membranas sintéticas para cubrirlos y así evitar que tengan una fusión acelerada (paso de sólido a líquido) o también utilizando algún dispositivo para que no sufran una fusión intensa, pero son esfuerzos bien localizados y difíciles de ejecutar por la logística y sobre todo los costos.
Según Capriles en Bolivia no se lo podría realizar, ya que ni siquiera contamos con políticas públicas para hablar de estos temas, pese a esfuerzos de varias instituciones y protestas airadas de ambientalistas, las instancias del gobierno central, organismo privados e internacionales no responden a la emergencia.
¿MEDIDAS URGENTES?
El deshielo de los glaciares en todo el mundo parece imparable y ante ese panorama todo es bastante desalentador, el incremento de la temperatura golpea la fragilidad de los nevados andinos y estos se encuentran en riesgo de desaparición. Por ello dicen nuestros entrevistados es importante y urgente asumir acciones, no solo en las montañas sino también en las ciudades, ya que el comportamiento que tengamos repercute en los gigantes blancos.
Ellos aseguran debería trabajarse en una ley de glaciares, que permita construir una política pública nacional de preservación.
También preparar más gente, por ejemplo, glaciólogos, en Bolivia prácticamente no existen, esto sería con el objetivo de que estudien los ecosistemas y buscar soluciones desde El Estado.
Para Yujra si bien gran parte de las causas del derretimiento son ocasionados por la extracción y quema de combustibles fósiles, también debemos apelar a mejorar las acciones humanas, todos los días nos enfrentamos a diferentes decisiones respecto a qué comer, qué comprar y como movilizarnos y cada una de estas acciones puede afectar positiva o negativamente al medioambiente finaliza.
Esta investigación fue realizada en el marco del Fondo de Apoyo periodístico “Crisis climática 2020” que impulsa la Plataforma Boliviana Frente al Cambio Climático (PBFCC), Comunidad en Acción y la Fundación para el Periodismo. (Texto: Nayma Enríquez Torrez; Fotografías: Ángel Yujra; Videos: Gregg Beisly)