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Redacción central

Ferias se descontrolan en la ciudad de El Alto

Las tradicionales ferias zonales de la ciudad de El Alto se descontrolan pese a que la Ley Municipal 607 establece que solo deben instalarse los días martes y jueves de 07:00 a 12.00 horas para evitar que el coronavirus se propague en esta urbe.

Las ferias se “descontrolaron” y se realizan de lunes a viernes hasta últimas horas de la tarde, en diferentes urbanizaciones, pese a que los contagios se fueron incrementando a partir de la flexibilización de la cuarentena y el retorno del transporte público.

Tanto choferes como gremiales, negociaron en mayo con la alcaldesa Soledad Chapetón para retomar sus actividades con el compromiso de cumplir las restricciones y la cuarentena.

“No podemos seguir paralizados”, “Nos estamos perjudicando”, “Tenemos deudas con el banco”, eran algunos de los justificativos de los dirigentes de ambos sectores y a los que accedió la primera autoridad del municipio, pero había el compromiso de cumplir con las medidas de bioseguridad contra el virus.

En su momento la alcaldesa Soledad Chapetón Tancara, explicó que la disposición estaba dirigida a regular el funcionamiento de las ferias zonales y mercados dentro de la emergencia sanitaria. “Lo que estamos haciendo es que, por la emergencia de salud, tenemos que ordenar las mismas y evitar el aprovechamiento que estamos viendo en avenidas principales, particularmente con comerciantes que hacen un trabajo sin contar con el permiso dentro de nuestro territorio municipal”, dijo al promulgar la ley municipal transitoria.

Según la Ley Municipal 607, el 50% de las vendedoras debe salir el día martes y el otro 50% el día jueves. Solo tienen autorización para la salida de lunes a viernes las organizaciones o asociaciones que tienen el permiso ya establecido para estos días, como en la Tiahuanaco y Villa Dolores por ejemplo.

Pero además establece que deben circular en las ferias y mercados solo personas entre 18 y 65 años y se debe evitar la afluencia de niños y personas enfermas con enfermedades de base por ser más propensas al virus.

La realidad es otra, ya que niños y ancianos están en las ferias, en el caso de los menores acompañando a sus padres o ambulando vendiendo dulces, papel higiénico, refrescos en bolsitas, entre otros productos. “Yo ayudó a mis papás, como no hay clases puedo estar vendiendo”, dice Mario (10) que recorre las calles de la feria 16 de Julio.

16 DE JULIO

La popular feria y las más grande del país se instala los días martes y jueves, y ya no los días domingo por la restricción en fin de semana. El comercio se volvió normal en se lugar en las últimas semanas, pese a la pandemia. Cientos de ciudadanos se dan cita, entre vendedores y comerciantes, rompiendo así una de las principales normas que rigen por la cuarentena, el distanciamiento.

Puestos de ropa usada y nueva, de celulares, accesorios, comida y vehículos atraen a la gente, como la torta a las moscas. “Hay que vender, solo podemos salir dos días. No es como antes, pero al menos ya la gente empieza a llegar más porque necesita vender o comprar, es la necesidad también y si se puede hay que seguir vendiendo”, dice doña Juana que lleva un tapabocas en la cara, pero no usa guantes de látex para manipular la fruta que ofrece a la gente.

Muy temprano, 07:00 horas no hay mucha gente, más son los comerciantes. Desde las 09.00, el panorama cambia y las calles completas se empiezan a llenar. En la feria también se puede encontrar a comerciantes ofreciendo barbijos y hasta mamelucos de bioseguridad para sus asiduos clientes.

El desorden marca los días de feria en la 16 de Julio y el poco control de las autoridades, que en algunas ocasione se volvieron víctimas de los gremiales con insultos y golpes para evitar que les decomisen sus productos por salir a vender en un día no permitido. “Nosotros de esto vivimos, no podemos estar encerrados en casa, de dónde vamos a comer, necesitamos dinero, quién va mantener a nuestros hijos”, contó don Pascual que vendía repuestos.

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