En un hotel de sal disfrutaron como niños los Nansana Kids en Bolivia
Lejos de la agenda de actividades, compromisos y las cámaras, los niños de Nansana Kids disfrutaron un momento de relajación en un hotel de sal, a orillas del salar de Uyuni y dejaron rienda suelta la alegría acorde a sus edades.
Saltaron en trampolín, subieron a un carrusel, a la rueda panorámica y disfrutaron del agua caliente de una piscina. Los niños de Uganda fueron los turistas mimados desde el primer momento que llegaron al hotel Palacio de Sal, que está a orillas del salar y donde recibieron ropa y botas.
A las 12.15 se embarcaron a las furgonetas que los llevaron hasta el desierto de sal, no sin antes tomarse algunas fotos para el recuerdo en el ingreso del recinto de hospedaje.
Ya en el salar, el menú de mediodía fue un apthapi (mesa común con varios alimentos), que incluía carne de res, de llama, pollo a la plancha y una variedad de papas de la región. Toda la delegación, más los acompañantes del Viceministerio de Turismo y varios auspiciadores, se quedaron en el lugar por seis horas.
Para el retorno, cerca de las 19.10, el grupo de medios de comunicación se apartó de la delegación y los 'embajadores' de Uganda llegaron al Palacio de Sal, donde caminaron a sus habitaciones. El cansancio era notorio por la travesía, a tal punto que los más grandes cargaron en la espalda a los pequeños.
Con 24 años de existencia, el Palacio de Sal está construido con bloques enteros del mineral y, también, cuenta con muebles y adornos hechos del mismo material. Un fuerte viento amenazó la velada en el exterior, hacía prever que los niños se quedarían dentro el hotel.
En la hora del chapuzón, todos ingresaron a la piscina. El agua caliente fue el remedio para el cansancio y la diversión se apoderó en los más pequeños que saltaban y jugaban.
Recobraron energías con la cena que se sirvieron a las 20.30, con hamburguesas de res y papas fritas. A esa hora continuaba el viento y la temperatura llegó a los 3 °C.
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La estadía parecía que iba a ser corta en el hotel y tenían listas las valijas para el viaje al Carnaval de Oruro. La curiosidad de los niños por el parque, en exteriores, los motivó y salieron divertirse cubiertos con chamarras y algunas mantas; para muchos iba a ser la primera vez que se subirían a una máquina mecánica.
Del calor que se sentía dentro el salón del hotel, donde hay una chimenea, sillones y un bar, salieron a conocer y disfrutar los juegos y fogatas que existen en el parque temático denominado la Feria del Desierto.
"Me siento bien y estoy feliz. Todo en Bolivia es bueno, en el salar caminamos por el espejo, el salar es bueno. Muchas gracias Bolivia", afirmó Gibson, el mayor de los Nansana Kids.
Como todo niño lo hace, Manto, Junaid, Shaima, Sharif, Namakula, Sharif Abu, Junior, Dan y Gibson corrieron hacia los trampolines. De salto en salto Junior demostró sus habilidades de gimnasta con dos giros en el aire. Shaima y Sharif reían al ver caer a sus compañeros.
La siguiente parada fue el carrusel, cuyo colorido de luces y color plateado fue uno de los favoritos de los Nansana Kids. Para ese momento ya estaban en total libertad y confianza. Cruzaron el parque de un extremo a otro y llegaron hasta la rueda panorámica, donde ingresaron a cada cabina en parejas.
La vista desde la cima de la máquina circular es impresionante, Shaima dijo que tenía algo de miedo y al final se bajó, pero, el resto completó el tiempo de recorrido.
Ya con pies en la tierra, la siguiente diversión fue de la mano de futbolin, carrera de canicas, puzzle y otros juegos que están acomodados sobre una 'cama de arena', donde también hay un resbalín y casa de obstáculos.
Manto, Junaid y Shaima se mecieron en el columpio, mientras que Junior y Gibson se desafiaron en el futbolín.
"Vámonos, chicos, vámonos", dijo una de las tutoras del grupo. Ya en la salida ingresaron a las 'islas de descanso' del hotel, donde, en el más grande, disfrutaron de una fogata y se cubrieron con los phullus (mantas tejidas con lana).
La visita fue de 10 minutos al parque, el tiempo necesario para divertirse y reír a carcajadas. Los Nansana Kids fueron los turistas 'mimados' y con mucho agradecimiento abrazaron a quienes les extendieron cordialidad.
La travesía final los llevó al municipio de Uyuni, donde se hospedaron el hotel Jardines de Uyuni, para luego ir al Carnaval de Oruro, donde la experiencia deja otro tipo de recuerdos.