Afirman que la iglesia está más cerca de los pobres
Al conmemorar 53 años de sacerdocio y 25 años como obispo en Bolivia, monseñor Sergio Gualberti destacó la realidad eclesial del país, describiéndola como una Iglesia pobre entre los pobres, pero sembradora de verdad, libertad, justicia, paz, amor y solidaridad, los valores del reino de Dios.
Monseñor Gualberti recordó su llegada a La Paz en noviembre de 1979, durante la dictadura militar. "Esos años toqué con mis manos la violencia, el dolor, la muerte, y el pisoteo de la institucionalidad y los valores democráticos y evangélicos que causan todos los sistemas políticos extremistas, sin importar el color de su bandera", afirmó.
La misa y acción de gracias fue celebrada en la catedral de San Lorenzo en Santa Cruz, con la presencia de varios obispos, entre ellos monseñor Fermín Emilio Sosa, Nuncio Apostólico del papa Francisco, quien transmitió la felicitación del pontífice y le entregó un mensaje escrito en latín. Monseñor Sosa también bendijo al pueblo boliviano y elogió a monseñor Sergio como un ejemplo de vida sacerdotal.
En su homilía, Gualberti relató su experiencia en La Paz, donde pasó ocho años en una parroquia periférica y compartió la vida de las comunidades eclesiales de base. "Gracias a esos hermanos y hermanas sencillos y pobres, aprendí que ser misionero es vivir el misterio de la encarnación, desprenderse de las seguridades y compartir sus problemas, sufrimientos y anhelos", expresó.
Gualberti también recordó su colaboración con el Cardenal Julio Terrazas, quien le pidió ser profesor en el seminario, además de párroco, y luego servir en distintos roles dentro de la Conferencia Episcopal. Tras doce años en la Conferencia, abrió su mente a la realidad eclesial de Bolivia, comentó.