Para Mesa sería ideal hacer política sin Evo
Carlos Mesa, expresidente de Bolivia y dirigente de Comunidad Ciudadana (CC), reflexionó sobre el panorama político boliviano sin la figura dominante de Evo Morales. Al ser consultado sobre la viabilidad de la política sin Morales, Mesa afirmó: “Por supuesto que sí, sería ideal tener una política sin él, para proyectar un futuro posible de tolerancia, pluralismo político, discurso plural y convicción en el respeto mutuo, alejado del discurso único y hegemónico”.
Para Mesa, es imperativo trabajar en la construcción de un espacio político que promueva la integración y rompa con la polarización que ha marcado la escena política reciente. Sobre la persistencia de Morales en el poder, Mesa expresó: “Evo quiere ser presidente hasta que se muera”, indicando así su percepción sobre la arraigada ambición de poder del expresidente boliviano.
El líder de Comunidad Ciudadana también analizó la interpretación del ejercicio del poder por parte de Morales, señalando que este lo entiende “como el derecho absoluto a decidir sobre la vida y los bienes de los ciudadanos”. Mesa recordó la decisión del “Tribunal Constitucional que impide a Morales postularse nuevamente, destacando que esta se tomó cuando aún era legal hacerlo”.
En cuanto a las próximas elecciones, Mesa advirtió sobre el propósito de Morales de anticipar la campaña electoral y lamentó la polarización que caracteriza al panorama político boliviano. Criticó la división existente en el Tribunal Supremo Electoral (TSE) entre "arcistas" y "evistas", describiéndola como una "ruleta rusa" que puede afectar al Movimiento Al Socialismo.
Mesa también se refirió a los últimos resultados electorales, donde el presidente Luis Arce obtuvo el 55% de los votos, mientras que la oposición, representada por CC, alcanzó cerca del 30%. Ante esto, Mesa destacó la importancia de respetar las minorías en la Asamblea y demandó una convivencia democrática que reconozca los derechos de todas las facciones políticas.
Finalmente, Mesa abordó el significado del Bicentenario de Bolivia, destacando la necesidad de reflexionar sobre el pasado y el presente del país para proyectar un futuro sereno y unificado. Propuso hacer una pausa en las disputas políticas en los días cercanos al 6 de agosto, fecha de conmemoración, para promover un diálogo nacional sobre el destino de la nación.