Desde la puesta en marcha, la planta procesadora de papa vendió 150 toneladas
Luis Siles, viceministro de Industrialización, explicó que la factoría se encuentra en plena fase operativa y que continúa el proceso de acopio del tubérculo en los silos de El Alto.
Es uno de los proyectos industriales gubernamentales más ambiciosos y está enclavado en el sector norte de El Alto, municipio que acaba de celebrar los primeros 40 años de existencia autónoma. Es la Planta de Acopio, Transformación y Almacenamiento de Papa, emplazada sobre dos hectáreas y media en el Distrito 14 de esa ciudad.
Con el funcionamiento de ésta y otras fábricas, se apunta a que El Alto se convierta en uno de los principales centros de actividad productiva e industrial de Bolivia, con la meta de generar excedentes que puedan exportarse.
El viceministro de Industrialización, Luis Joshua Siles, no ocultó su satisfacción al asegurar que, desde la inauguración oficial de esta factoría, en septiembre del año pasado, vendió unas 150 toneladas de papas prefritas, que alcanzan al 80 por ciento de las ventas aunque también se ha elaborado hojuelas y puré. Las ventas se han realizado en los supermercados de la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa), en las ciudades de El Alto y La Paz, pero a partir de abril, se expandirá la oferta hacia las ciudades de Cochabamba y Santa Cruz de la Sierra.
Siles explicó que, como sucede con cualquier empresa, al ingresar en el mercado, los precios de los bienes que oferta son más bajos en un hasta 10% y de acuerdo a la respuesta del mercado, este porcentaje se reducirá.
Los silos de El Alto acumulan actualmente 374 toneladas del tubérculo, que serán procesadas en el curso de las siguientes semanas por los 75 trabajadores de la estatal. En su mayoría alteños y cuando concluya el proceso de contrataciones, generará 1.500 puestos directos e indirectos.
En todo caso, aclaró que a los agricultores del altiplano se les está pagando un 8 por ciento más por sus cargas en comparación con los precios que percibirían del mercado interno.
La autoridad admitió que las transacciones se realizan hoy tanto con acopiadores como con las asociaciones de productores, aunque por el momento, funcionarios del Ministerio de Desarrollo Productivo mantienen negociaciones con campesinos asentados en las provincias Murillo y Aroma, del departamento de La Paz para que la provisión se haga directamente.
Se busca, además, proporcionar asistencia técnica y capacitación para que la producción de éste y otros alimentos permanezca constante a lo largo de todo el año y no se presenten los actuales altibajos de precios con rebajas en tiempo de cosecha y encarecimiento en época de siembra o crecimiento de los arbustos.
El objetivo consiste en que los productores del campo tengan un aliciente para trabajar con la seguridad de que tendrán un mercado fijo para sus cosechas y que, paralelamente, al Estado le resulte posible sustituir las importaciones que demandan erogaciones muy fuertes.
El Viceministro explicó que la metodología el modelo económico, social, comunitario y productivo, vigente en el país, permite la participación del Estado en todas las formas de economía existentes en la sociedad: privada, cooperativa, mixta, estatal, con la finalidad de desarrollar la demanda interna.
En este caso, el Estado compra la producción de papas, las procesa para darles valor agregado y, en forma simultánea, dejan de ser necesarias las importaciones de alimentos elaborados en el país, que obviamente tienen precios más bajos. Los consumidores satisfacen sus necesidades con menores erogaciones, mientras las arcas estatales dejan de sufrir una sangría.
Siles explicó que actualmente Bolivia es principalmente productor de alimentos, pues el 46% del PIBI (Producto Interno Bruto Industrial) esta conformado por alimentos elaborados en el pais.
Las importaciones de alimentos y vienes de capital y otros productos han demandado al país un gasto equivalente a 4.200 millones de dólares en promedio en las pasadas gestiones.
El Gobierno se ha fijado para este año el objetivo de reducir esa cantidad en 600 millones de dólares y alcanzar gradualmente un ahorro del 80 al 85 por ciento por este concepto.
En el caso de las papas fritas, que son uno de los alimentos más consumidos en Bolivia, Siles indicó que el 90 por ciento proviene de Perú, lo que beneficia tanto a los productores del vecino país como a los comercializadores, por lo que es necesario operar cambios profundos en este sentido.
La idea es fomentar el desarrollo económico local, desde las comunidades de productores; impulsar la soberanía alimentaria y generar insumos para que otras industrias dejen de depender de importaciones, sino que los adquieran en el mercado interno.
Es el caso, por ejemplo, de las frutas. Actualmente, la construcción de una planta procesadora de pulpa frutícola lleva un 60 por ciento de avance físico en Sapahaqui. Hasta el momento, todos los productores de helados, mermeladas y golosinas similares son elaborados con pulpa de fruta que deben importar. La factoría que se monta en la provincia Loayza, de La Paz, suplirá esa deficiencia.
Entretanto, el objetivo es fortalecer El Alto y su área de influencia como un importante centro productivo, industrial y comercial de Bolivia.
La factoría de papas no es el único proyecto. En el camino a Laja se edifica una procesadora de aceites usados para entregarlos a otra planta que elaborará biodiesel en Senkata con el objetivo de reducir las importaciones de carburantes. Por lo tanto, se demuestra que la Planta procesadora de Papa está en funcionamiento y operaciones y que la Política de industrialización del Presidente Luis está encaminada.